Hoy soplan vientos de aventura en la estepa japonesa.
Lejos quedaron los tiempos en que Nara era su capital. Lejos los tiempos en que sus antepasados rezaban ante el gran Buda o paseaban entre ciervos por sus jardines umbríos. Ya empezaba en Kyoto el tiempo glorioso de su señor, el gran sogun Ideayasu. Y hoy les había convocado a todos en su castillo de Ni-Jo.
Los caballeros samurais avanzan al galope entre el barro, por el duro empedrado, saltando obstáculos, colándose entre colosales carromatos...
Al pasar el puente y dejar atrás el barrio de Gion recuerdan quizá la Geisha de sus sueños o la mujer de sus amaneceres.
Alguno paladeará aún la ceremonia del té vivida con sus amigos más íntimos, sabiendo que podría ser la última. Habiendo repetido exactamente los mismos pausados movimientos para prepara el té. Habiendo escuchado exactamente las mismas palabras de admiración hacia los útiles del ceremonial. Sólo el silencio fue completamente diferente.
Y ahora, mientras los guerreros corren a reunirse con su sogun, os dejamos con el experto en historia medieval el doctor Dani Ga:
10 years ago
3 comments:
Es impresionante cómo diserta el señor Ga sobre el la historia del poder en Japón: su erudición obnubila.
Por otra parte: César, ¿cómo es posible que sigas sin rasguño alguno después de grabar ese vídeo en la bici? ¡Brutal!
Coincido con Gonzalo.
No me puedo explicar cómo casi te matas caminando entre piedras en busca del amor, y consigues salir ileso de esta persecución en bicicleta digna de Bourne. Deberían convalidarte este acto por el de las piedras...
Una cosa no me ha quedado del todo clara en esta entrada, ¿quién era el que mandaba de verdad?
Gracias Gonza por tus comentarios, pero ya sabes que la agilidad de un samurai es legendaria ;-)
Y Jes, seguro que esta entrada te ha recordado más a las nuestras de Siria. El que mandaba realmente era el sogun y no el emperador, que hacia el paripé, como muy bien nos ha explicado el Dr Ga ;-)
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