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Wednesday, 14 August 2013

Magia para principiantes: El griot (o La magia de las palabras)

Llegamos al final de nuestra aventura.

(Oooooo Escucho desde aquí vuestros gritos de decepción. Pero me refiero sólo a nuestra aventura... en los pueblos tradicionales de Senegal ;-))

Tras pasar la noche en comisaría...

(Si no os calláis un poco no puedo continuar, cómo estáis hoy! Pero es verdad que me he adelantado. Retrocedo)

Cuando nos despedirnos de la gente del pueblo que tan bien nos habían tratado, partimos sin El Luchador que ya purificado por los baños rituales, protegido por su grigrí y haciendo honor a su carácter impetuoso ("todos los luchadores estáis locos" le dijo a modo de saludo el hechicero!) se volvío a Dakar con la esperanza de recuperar a su esposa y de que no le encuentren otra vez vestido de mujer diciendo cosas raras en el río...

El único problema era que desde la noche anterior me había quedado sin agua mineral y estaba bebiendo el agua del pozo hervida en la vieja marmita (con restos de todos sus sabores) que previamente habían "filtrado" por deferencia a mí, con la primera camiseta que pillaron a mano. Entre eso y el sabor a ahumado por la leña, beber ese agua era... era... lo contrario a un anuncio de cocacola, por decirlo suavemente. Así que cuando llegamos a Fatick y vi un cajero automático (además nos habíamos quedado sin dinero jeje) me avalancé sobre él y lo primero que hice al salir fue verter alegremente a los cuatro vientos el delicioso líquido al grito de "somos ricos" y "adiós miserias" entre las carcajadas de Pape.

Anécdotas del viaje. Pero no por eso nos metieron en comisaría! Simplemente Pape se encontró a un amigo que le tocaba hacer guardia esa noche en la comisaría y como estaba solo nos quedamos a tomar té con él y a dormir "encerrados" en la mosquitera policial.

(Ya me centro ya, hablemos de los juglares africanos, los grandes contadores de historias, de sagas familiares... los griots!)

Toca levantarnos pronto porque hoy llegaremos por fin a Diakhaw, la histórica capital del Reino de Sine, (de la etnia serer) de cuya familia real desciende... mi amigo Pape! Y como somos de la familia, entramos al recinto de los antiguos palacios, rodeando el Baobab central y las tumbas de los míticos reyes que governaron esta región desde el siglo XIV. Pero no veníamos a ver tumbas. Veníamos a ver a esta entrañable mujer


 Nada menos que la princesa Coumbody, hija de Mahecor, el último rey de Sine. Y que como podéis ver en la foto... se parece a su padre!


Es enternecedor escuchar a esta mujer decir que durante toda su infancia no pudo llorar. Pero no por obligaciones del cargo, sino porque "mi padre era tan bueno, nos quería tanto, que ordenaba que tuviésemos todo lo que deseáramos: vestidos, golosinas, juguetes... Y recuerdo cómo el griot me sentaba en sus rodillas y me contaba historias maravillosas hasta que me dormía. Es sólo ahora, si pienso en que mis hijos y mis nietos ya no podrán disfrutar esa felicidad tan completa que yo viví, cuando me entran ganas de llorar..."

Y sólo por no permitir que el mar se escapase de los preciosos ojos azules de esta última princesa de leyenda, saco el móvil para enseñarle la foto de su prima, la abuela de Pape (a la que fuimos a pedir permiso en Dakar para acudir a los rituales y que nos propuso el "dulce" sacrificio de invitar a comer a los niños del barrio).Cual no fué mi sorpresa cuando veo que me coje el móvil y se pone a darle besos a la pantalla entre expresiones de felicidad. (Eso lo podría haber hecho la Elvi, mi abuela, perfectamente ;-))

Pero cuando salimos de sus recuerdos y del palacio en busca de N´deye Faye, una griot que nos habían recomendado por sus especiales dotes musicales, no nos podíamos imaginar que nos fuera a cantar precisamente la historia de Coumbody, la última princesa de Sine!!!

Pape está francamente emocionado. No se creía que iba a conseguir que se reunieran las mejores mujeres griots de la histórica capital para cantar las proezas de su familia. Y la magia de esas palabras y de esa música toca una fibra secreta en su interior, una fibra que lo une a sus antepasados, a su tierra y. si me permitís, a la milenaria tradición oral del continente africano (y de la Humanidad!).

La enérgica voz de N´deye Faye revive frente a nosotros, no sólo al sabio rey Mahecor, sino a la madre de Coumbody, y al padre de su madre que luchó por las creencias de sus antepasados y por la libertad en la cruenta batalla contra los musulmanes que querían imponer su religión. Su voz, reforzada por su compañera de la derecha, repetida en un eco envolvente por las otras dos, es como si proyectara frente a nosotros la película Ceddo, del genial cineasta senegalés Ousmane Sembène (tenéis que ver Xala, por cierto).

Y al terminar, ella también rememorando su infancia, nos cuenta cómo su padre (último griot oficial de un rey de Sine) salía de casa temprano reuniendo con la música de su tambor al resto de los griots de la realeza para cantar a las puertas del palacio, al que sin embargo no tenían permiso de entrar. O cómo su abuelo la despertaba a veces en plena noche para comprobar que se sabía las genealogías que habían estudiado durante el día. "Pero a mi lo que me gustaba era ayudar a las mujeres griots de la familia para aprender sus canciones y luego divertirnos cantándolas juntas".

"Me casé y me fui a vivir con mi marido, también un griot maravilloso, pero sin trabajar yo como griot. Fue sólo a la muerte de mi marido, para alimentar a mis hijos, que volví a recordar las viejas palabras y los viejos ritmos, y empecé a cantar en las bodas o bautizos de las familias a las que la mía estaba ligada como griot. Y cada vez que canto y reviven las viejas historias, siento la misma alegría que cuando era niña. Creo que siempre he querido ser Griot..."

Nos despedimos todos encantados y al salir Pape, todavía impresionado, me dice que no sabe cómo me he atrevido a preguntarle por los "enterramientos" en el interior del baobab. Esto es uno de los hechos más enigmáticos de la "casta" de los griots. Tan próximos a la realeza pero a la vez con muchas normas que les recordasen que pertenecían a una casta inferior. En el entorno de la familia real nos habían contado que si un griot era enterrado como los demás, la tierra se volvería estéril. Algo que no me han conseguido confirmar si tiene un sentido despectivo. Pero la version de N´deye es bien diferente

"Sólo los más grandes griots, tenían derecho a su muerte a que su cuerpo fuera cobijado en el interior del tronco del Baobab Sagrado." Y parece que la generación de sus abuelos fue la última en poder disponer de ese honor. 

Así que yo sonrío a Pape y me voy pensando que sólo los grandes poetas, los que tienen el poder de hacer vivir de nuevo las grandes proezas de los antepasados, son dignos de estar tan cerca de su Dios, abrazados por el Baobab Sagrado...






Monday, 12 August 2013

Magia para principiantes: El Marabout (o Morabito)

Amanece un nuevo día en nuestro entrañable pueblo de la región de Fatick. Todavía nos acompañan en el recuerdo la placidez del baño ritual bajo el Baobab Sagrado, el ritmo sosegado del trabajo en ese campo que parece pintar de verde un cuadro infinito, las historias fantásticas contadas por los niños a la luz de las estrellas... Pero para asegurar la curación de nuestro amigo el Luchador,  hoy nos toca echar a andar temprano para llegar a la casa del hombre más reputado de la región en cuestión de males de ojo, hechizos y maldiciones...

El Marabout (en francés) o Morabito (en español) es en su sentido original musulmán un hombre famoso por su santidad, pero en el áfrica subsahariana es una especie de cajón de sastre que puede nombrar al curandero, adivino, hechicero, al conocedor del poder esotérico del Corán o del culto de los antepasados, al que obedecen los djines... o frecuentemente todo esto a la vez, como es el caso de GUÉTHE DIOUF, el poderoso marabout de Sobén.

Pero como teníamos que esperar un poco antes de que pudiera atendernos, nos dimos una vuelta por el pueblo y fuimos a visitar a una vieja adivina que conocía Pape. La alegría que emanaba de su ojo sano, de un azul como de mar en calma, y de su contagiosa sonrisa nos hicieron sentirnos cómodos en seguida. Y ella, tras terminar los saludos oficiales, sacó unas conchas de un pequeño recipiente de mimbre y las lanzó sobre la estera. Eran 16 pero todas menos una se quedaron pegadas como por un imán y la otra salió disparada... hacia mí!

 - Parece que eres tú el que tiene alguna pregunta -me dice sonriendo

Como casi siempre, yo pregunto por amores que es más interesante pero ella decide hacerlo un poco más completo. Vuelve a lanzar las conchas con un grácil giro de muñeca y esta vez se quedan todas tranquilamente panza arriba formando una especie de corro. Ella levanta los brazos exclamando Alhamdulila (gracias a Dios) y todos se apresuran a pasar la mano sobre las conchas. Ante mi cara de sorpresa me explican que es muy raro que hagan eso y que significa MUY buena suerte y que por eso las tocan, para que se les pegue un poco. En la siguiente tirada se separan ya, adoptando una forma geométrica como de cuadrados. Me explica que eso será mi lugar de trabajo en el que parece que todas las cosas están en perfecto orden y armonía presagiando felicidad. (A mi ya me tranquiliza simplemente el hecho de que me vea trabajando ;-))

- ¿¿Y de amores?? -insisto yo, para que no se le olvide

Así que en la nueva tirada ya entrando en harina, las conchas empiezan a hacer cosas muy raras colocándose unas encima de otras. Ella empieza a medir distancias respecto de una de ellas (que supuestamente me representa a mi) aparta algunas, piensa, sonríe y finalmente me dice que mi único problema es... Que tengo demasiadas mujeres enamoradas de mi!! Ah bueno, si es sólo eso... pienso yo jeje

Ella pasa a explicarme el sacrificio que tengo que hacer para que las mujeres que no son la que más me conviene se alejen de mi y pueda casarme pronto con la persona indicada. Le agradezco mucho sus consejos para alejar mujeres -que no tengo ninguna intención de cumplir, claro ;-)- Y salgo muy contento con mis nuevos "problemas" y con mi nueva amiga adivina que se despine llenándome con su mirada azul y con una última profecía: Te veo volviendo a Senegal... Y te pido que no se te olvide hacerme otra visita



 Pero lo importante sigue siendo el problema de nuestro amigo el Luchador. Como me explicaba en su despacho inundado de libros el profesor Ibrahima Sow y comenta en su libro, "El mundo mágico está hecho de angustia, donde a los ataques reales o imaginarios responden siempre contrataques"*  proporcionados por el marabout. ¿Y de dónde vienen esos ataques? -preguntaréis. Pues o bien de los Rab (dioses de los ancestros) como el que nos bendijo en nuestro baño bajo el Baobab Sagrado; sobre todo en conflictos genealógicos o por insatisfacción de los antepasados. O bien de los terroríficos Dëmms (brujos/as comedores de almas) al parecer relacionados con el miedo a la desintegración de la personalidad. O finalmente de los propios Marabouts que actuarían a petición de algún enemigo, como es el caso -según él, claro- de nuestro amigo el Luchador, hechizado por un marabout a petición de su suegra que no quiere que siga casado con su hija.

Si ya os he acojonado bastante, es momento de que -tras descansar del sol abrasador del largo camino- entremos en los aposentos del Marabout y le veáis preparar su "poción" en la "marmita"... a los más valientes os dejo que intentéis buscar al ser rodeado de luz que se aparece a la izquierda de la imagen. Pero a los demás no digáis que no os avisé!



Cuál no sería mi sorpresa cuando, tras mezclar en la marmita los cuatro elementos: el Agua, la Tierra con distintas arenas y polvos vegetales, Fuego con cerillas encendidas y finalmente Aire, batiendo enérgicamente el contenido tras añadir el último y más poderoso ingrediente secreto protector contra los ataques... nos teníamos que bañar con semejante mejunje! Previamente tuve que pasar el cuerpo cuatro veces por una cuerda con los extremos anudados (imagino que para "cortar" las malas influencias que trajésemos) y no pude ducharme hasta el día siguiente a pesar del intenso picor acompañante...

Y todavía quedaba algo más. Tenía que prepararnos un gri-gri (talismán) personalizado. En este caso utilizó una de las técnicas más populares, la de los nudos. Previamente a tensarlos el marabout, mediante su aliento o su saliva, les insufla de su poder recitando los encantamientos pertinentes a los deseos de su futuro portador que estará así protegido... siempre que lo lleve puesto! Por cierto, si estáis atentos podéis oír mi nombre entre la letanía de invocaciones.


Antes de irnos y mientras nos preparaba "el kit del marabout" con distintos remedios que os enseñaré cuando llegue a España, intenté sonsacarle de dónde venía su poder. Del Corán? De los djines? De los dioses de los antepasados??? Tras acompañar un largo silencio con una sonrisa maliciosa me respondió

- De todo eso junto

Pues nada. Con sus secretos a salvo, protegidos ya contra tan diversas fuerzas maléficas con los debidos remedios y tras la obligada discusión sobre el precio, nos toca volver de nuevo al sol abrasador. Me imagino que antes os gustaría saber algo más de esas criaturas diferentes a los humanos y mencionadas en el Corán, los djines, pero "esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión" ;-)





* IBRAHIMA SOW, 2008: "La symbolique de l´imaginaire" pág 133




Sunday, 11 August 2013

Magia para principiantes: El Baobab Sagrado

Amanece en la región de Fatick y con el canto de los gallos y el movimiento que comienza en la concesión familiar, nos vamos despertando los tres integrantes de esta expedición y saliendo los tres de la única cama con mosquitera.

En el desayuno nos informan que ya han hablado con el guardián de la serpiente sagrada, el anciano encargado de los rituales bajo el  Baobab Sagrado

- Es tan viejo que cuando hable te va a parecer que puede morirse al final de cada frase - suelta Pap para dar una nota de humor mientras mete la mano en el bol de central.

 Quizá venga bien aclarar que para la tradición Senegalesa algunos árboles son residencias oficiales de muchos seres sobrenaturales como los djines, pero especialmente el baobab es el nexo con los antepasados: Es el lugar donde ellos a su vez venían a hacer sacrificios a sus dioses protectores. Así, a dierencia del África del Este y del Sur donde se invoca directamente a los ancestros -que a veces incluso "hablan" a través del chamán en estado de trance-, aquí se invoca al mismo dios o fetiche que les protegía y que se erige así también en intermediario con el mundo de los antepasados.

Pero la pregunta sigue en el aire, ¿Va a dejar que un blanco asista a los rituales a los que -según me cuentan- ningún toubab ha asistido jamás? 

No tenemos mucho tiempo para elocubraciones porque enseguida vienen a informarnos que el anciano ya nos espera en el Baobab Sagrado


 De nuevo Pape tiene que hacer alarde de su ternura y su diplomacia para convencer al anciano que sólo accede cuando Pape acepta asumir -no sin temor- las consecuencias que pudieran derivarse de esta transgresión.

Así que les sigo bajo el Baobab donde primero para Pape y luego para el Luchador, el Guardián abrirá el pequeño chamizo de paja donde se guardan las calabazas que contienen el agua mezclada con los sacrificios ofrecidos al fetiche; se dirigirá directamente al dios pronunciando el nombre y la familia de la persona que va a realizar el baño ritual, pidiéndole primero permiso y luego su protección y bendición. Pero intentemos acercarnos un poco...

 La solemnidad de la situación se percibe en el delicado sonido de las hojas del baobab, en el silencio mientras Pape se retira tras el biombo para realizar el baño sagrado en el que no puede mojarse el pelo ni la cara siguiendo las normas de la tradición. Y tras él el Luchador, verdadero motivo de este viaje al corazón de Senegal, para curarse de ese brote de locura supuestamente enviado por un marabout a petición de su suegra para provocar el divorcio.

Todo parece haber terminado con éxito, pero el anciano sigue sin levantarse del baobab y nos sorprende a todos con la pregunta

- ¿El toubab quiere recibir la bendición de Loungoulgne?

Todos se quedan en silencio y se vuelven hacia mi. Esto no estaba previsto. Esperábamos que me dejara ver el ritual, pero no se nos pasaba por la cabeza que me dejara realizarlo. Acepto encantado aunque -me explican- primero le pedirá permiso al fetiche que si se niega se manifestará de alguna manera, por ejemplo tiñendo del rojo de la sangre de los sacrificios el agua de la calabaza.

Asiento de nuevo con la cabeza, le dejo la cámara a Pape y me acerco, ahora como solicitante, al Baobab Sagrado que sigue bañado de luz.



Todo se desarrolla sin problemas. El agua no se tiñe de sangre, así que el dios ha aceptado que yo haga el ritual. Tras las palabras del anciano me dirjo al biombo de madera sobre el que dejo mi ropa y me baño en el orden que me han indicado. Aunque un poco nervioso, siento como si me bañara a la vez con el agua y con los rayos del sol que parecen vertise cálidos y generosos sobre nosotros aportando también sus bendiciones.

La ceremonia ha terminado y al intentar agradecerle al anciano su ofrecimiento con mis recién aprendidas palabras en Serer -aquí ya no se habla wolof- estalla en carcajadas y nos vuelve a contar aparentemente emocionado que es la primera vez en su vida que el o sus antepasados permiten a un blanco realizar el ritual. Parece realmente contento y aliviado de que todo haya salido bien.

Y ya purificados por el ritual, salimos a pasear por los campos que parecen compartir el encanto de su baobab sagrado. Ese verde límpido, con algo de primordial parece envolver a los hombres que trabajan la tierra acompañados por sus hijos en una estampa soberbia en esta planicie infinita


Y poco a poco llega la noche, y de nuevo las historias, pero esta vez vamos a la casa de la vecina famosa por su habilidad como narradora. La sorpresa es que -a parte de ofrecerme en matrimonio a una de sus jóvenes hijas- son los niños los que, uno a uno, situándose en el centro del grupo y siguiendo las indicaciones de la madre van contando los cuentos de la astuta liebre que engaña al conejo haciéndole unas trenzas pero trenzando el pelo con las ramas o el del padre que al intentar imponer la norma de que nadie que no llegue a la hora puede comer es él el que se queda sin probar bocado o...

Y todos ellos en una mezcla de serer traducido al zolof y luego al francésm intentando conservar las canciones y los gestos y la magia...


Con estas historias llegan la noche y los sueños. 

Y me acuerdo del sacrificio que tuve que hacer antes de comenzar el viaje invitando a los niños del barrio. 

Y justo antes de dormirme me entra la duda de si estos niños no serán el verdadero dios del baobab sagrado...


Magia para principiantes: El Viaje

Tiembla Harry Potter.

Si seguís leyendo estas entradas vais a viajar a pueblos recónditos del interior de Senegal, vais a entrar en contacto con los viejos dioses de sus antepasados, conoceréis a sus adivinos, entraréis en la botica de sus hechiceros y, por la noche, oirés las viejas historias de sus reyes; algunos tan sanguinarios y poderosos que sólo pudieron alejarlos de la ciudad hasta que desaparecieron para siempre en el bosque sagrado... Quizá, después de todo esto no sea magia para "principiantes" ;-)

La aventura comenzó una mañana cuando al levantarme vi que en el salón estaba la familia un poco más seria que de costumbre y un primo que ya conocía pero esta vez completamente "achorrado" en el sofá, carente de expresión y que me da mecánicamente la mano sin decir nada. Será el ramadán -pienso- y me voy a la ducha. Pero al volver veo cada vez más vecinos en el salón y recibo respuestas evasivas, así que salgo a buscar a mi amigo para que me aclare el misterio.

Resulta que el primo, un fornido luchador de lucha senegalesa, actualmente sin trabajo, manteniendo a duras penas su club de fans pero con la mujer y las hijas viviendo en casa de sus padres y pidiendo el divorcio, esa mañana sin previo aviso se lo habían encontrado rebuscando algo a orillas del río vestido completamente... de mujer!!

Así que mientras yo dormía, habían quemado en casa unas ramas que espantan al diablo y para cuando yo me desperté ni vi al diablo ni el luchador estaba vestido de mujer; estaba simplemente catatónico. Poco a poco, tras encerrarle en su habitación, se fue recuperando. Y aunque no recordaba nada de lo ocurrido esa mañana, se reía cuando se lo contaban y decía algo así como

- Eso es la cabrona de mi suegra que ha pedido a un marabou que me hechize para que mi mujer se divorcie de mi.

Dejando de lado la necesidad o no de un hechicero para que su mujer le pida el divorcio, la pregunta es ¿Y ahora, qué hay que hacer???

- Tenemos que ir al pueblo de nuestros ancestros para pedir la protección de su dios -ellos dicen fetiche-

- Y yo... puedo ir?? -pregunto sin poder contenerme

Aunque me respondieron que sí al instante, al ser blanco, el caso era más complicado de lo que parecía y primero teníamos que hablar con la persona más anciana del pueblo que quedaba en Dakar. En este caso por suerte Djike, la entrañable abuela materna de Pape


En la vivaz conversación que siguió a los saludos iniciales y tras contarle nuestro propósito, yo no paraba de oír tras el nombre del fetiche bugul toubabs que curiosamente sabía lo que significaba: Al dios de nuestros antepasados no le gustan los blancos. (Y  no le culpo) Mi amigo Pape haciendo uso de toda su amabilidad y diplomacia le explicaba que yo era ya parte de la familia y que seguro que había alguna forma de hacer una excepción; Djike no parecía convencida y le contaba ejemplos de otro pueblo donde una monja había salido espantada tras ver al dios en su forma animal venir hacia ella por acercarse al baobab sagrado...

Para distender un poco la conversación le contamos anécdotas de la familia y le sacamos fotos -como la de arriba- que le encantan. Así que cuando digo todo lo que se decir en wolof se ablanda finalmente y me dice que antes de salir de Dakar haga un sacrificio al fetiche para anunciarle mi llegada.

Un sacrificio!

Ya me veía yo en plena capital blandiendo un cuchillo para degollar a un gallo en el lugar indicado... pero no. Fue bastante más sencillo. Como resulta que al dios le gustan los niños, el sacrificio consisitía en preparar una especie de arroz con leche pero sin arroz e invitar a los niños del barrio. En realidad, el día del viaje, sólo hubo que salir a la pueta a decirlo una vez y en unos instantes el bol ya estaba limpio como una patena ;-)


Así que esperando que esto fuera suficiente y luchando como podíamos con la lluvia torrencial que se desató, nos pusimos en marcha. Todo era ligeramente más extraño de lo normal como este hombre aue nos encontramos con un dedo gigante



Ya en el autobús, cuando mis dos compañeros dormían y yo contemplaba el paisaje que se hacía cada vez más verde y salvaje a medida que nos adentrábamos en el interior de Senegal...

Boooom!!!

Una rueda había estallado justo debajo de nuestros asientos!



Estábamos todos sanos y salvos, pero... Era esto un mal presagio?

Para responder a la pregunta nos alejamos un poco y El luchador, sacó unas conchas del bolso, las lanzó tres veces sobre la arena y tras señalar dos que estaban en paralelo pero en direcciones contrarias nos explicaba que simbolizaban la partida y el regreso y que la disposicion de las otras conchas entre medias presagiaba el éxito de nuestros propósitos.

Así que continuamos el viaje, ahora todos despiertos. Y tras llegar a la parada de la región de Fatick tuvimos que coger unas motos para llegar -por los senderos de tierra rodeados de baobabs y de campos de un verde fresco y exhuberante- hasta el encantador pueblo de los antepasados.

Sin electricidad ni agua corriente pero con una impresionante amabilidad y la acojedora belleza de las paredes de barro y los mullidos techos de paja rodeandonos en el patio central de la concesión familiar se fue haciendo de noche mientras encadenábamos la ruptura del ayuno con los saludos, y la cena y las historias de reyes y la noche con sus estrellas y la abuela contándos la vez que el fetiche en su forma de serpiente se presentó ante ella un día en el granero... y poco a poco fuimos quedándonos plácidamente dormidos con nuestros sueños sólo turbados quizá por el encuentro que tendría lugar al día siguiente bajo el baobab sagrado...


¿Os atrevéis a seguirnos en la próxima entrada?

;-)