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Friday, 28 March 2008

Adiós Bangkok

Estoy solo en casa de Dani, con la mochila ya hecha y echándose un cabezadita apoyada en la esquina de la cama. Yo escucho a Quique González esperando que den las dos y cuarto para ir a buscar al Zambombo y salir rumbo a Camboya, aunque tardaremos dos días (por lo menos) en llegar a Angkor Wat. Una parte inseparable de los viajes largos son las múltiples despedidas, durillas para alguien como yo que como dice Homer soy más tierno que el día de la madre ;-)

La otra cosa curiosa es el extraño juego de la palabra "volver". Volví a Bangkok desde Laos, vuelvo a la India desde Vietnam... y lo más curioso es que en cuanto usas la palabra volver sientes un poco como que vuelves a casa. Y de esas pequeñas casas que vas dejando por el mundo vuelves... a Madrid? a Burgos? Vuelves...

Fin de las ralladas mentales. Esta entrada era para matizar un poco el primero sobre Bangkok. Ah! y dice mi padre que "la cabeza sobre los hombros". Con lo que me pesa, en sentido literal y figurado, me sería difícil llevarla en otro sitio. Por suerte o por desgracia, así que no preocuparse ;-)

Bangkok también es esos árboles-rascacielos que no te dejan ver el bosque. Puedes sentirte dentro del show de Truman como dice un amigo del Dani. El calor puede ser mano femenina o mazazo en la cabeza. Y seguro que algún día aparecerá muerto un conductor de tuc-tuc a manos de un turista desquiciado al estilo de la peli "un día de furia". Pero en pocos sitios del mundo te aparta un elefante con su trompa entre luces de neón o mientras te tomas un te con leche y con hielos. La otra cara de la moneda, elefantes con cataratas llevados por las calles para pedir propinas (y eso que es ilegal!).

Aún así, si tienes dudas siempre puedes comprarte un amuleto en el mercado de amuetos (justo al lado de la universidad) y empezarán a pasar cosas. Atraerás la buena suerte. Pero hay que elegirlo bien. En mi caso fue muy curioso porque se enamoró de mi la gatita más linda de Bangkok, pero sin doble sentido ;-) Y cómo se llamaba la gatita? SUERTE. O eso me dijo su dueño, un monje budista de 70 años que me invitó a cenar y que resulta que daba clases de filosofía por todo el mundo. Entre otros alumnos tiene al futuro rey de Tailandia. Ahí le tienes. En resumen, que hay que leerse la letra pequeña de los amuletos, pero funcionar, funcionan.

Por supuesto, como toda medicina tiene sus efectos secundarios y cuando salí de la casa del monje, paseando con nocturnidad y alevosía por el "otro lado" del río, empezaron a ladrarme o perseguirme o huir de mí todos los perros tuertos o con cara de malotes que había en esa parte de la ciudad. Menos mal que salió a protegerme una espigada tailandesa de cara de porcelana a quien con el susto me olvidé de preguntar el nombre. Gracias amiga. Aunque para restar dramatismo, tengo que decir que estos no se parecían a los perros del apocalipsis que se pelean a muerte entre ellos en la calle Kao San, la de los mochileros. Al menos... jeje

Otros prefieren comprar estrellas ninja, o pintarse el pelo de rojo para ir al pueblo a ver a los padres de su novia Tailandesa (y no va por Dani). Te puede gustar o no, pero en esta ciudad Dali dejaría los pinceles porque le bastaría con sacar fotos en cualquier calle. De esta ciudad surrealista y loca, de esta hija mestiza de las dos Asias y aceleradmente globalizada, de las chicas de piel de seda, de las cometas, de las extranjeras enfadadas porque aquí no les funciona hacerse las duras, de esta ciudad donde no llega la fuerza de la gravedad, donde se cansan los relojes y donde lo peor que puedes hacer es entrar a un templo con pantalones largos, o no dar las gracias... donde hay que pagarle la ortodoncia al primo de tu novia... De Bangkok, me toca despedirme hoy.

Me reconoceréis que no es tarea fácil. Un brazo a todos!!!!!!!!!

Tuesday, 25 March 2008

La capital del placer

He estado comentando con Dani por qué cojones todo el mundo me resondía en otros viajes cuando escribía emails comunitarios pero casi nadie escribe en el blog ni me responde via email. La única cosa que se nos ocurre es que el blog es algo pasivo. Tú te metes a ver qué pone como si compraras el periódico. Y muy pocos escriben cartas al director. Cuando recibes un email, aunque sea comunitario (es decir que os enviase a todos lo mismo que escribo aquí) ya es como una carta que te envían y que tienes que contestar. En fin, puramente psicológico. Hay que joderse.

Pero vamos al tema. Bangkok sin lugar a dudas está volcada al placer. La atmósfera húmeda y tórrida se afana en dar a todo esa sensación de vaguedad donde Baudelaire encontraba el secreto de la Belleza. Además, anestesia de entrada los sentidos y te impide ir deprisa. Shanti shanti que dirían los indios. Aquí se viene a relajarse y si no, estás jodido. De hecho hay mucha gente echándose una siesta en plena calle, frente a su negocio o bajo su sombra favorita. La luz lo inunda todo, como lluvia monzónica, como un torrente salvaje invade las calles cercadas de rascacielos, salpica el sky-train por encima de las cabezas y rompe una y otra vez contra los arrecifes de pequeños espejos que cubren los templos. Envuelve a todos con su aura dorada. Quizá por eso en su largo nombre oficial a Bangkok la llaman "La ciudad de los Ángeles".

Ángeles o Demonios, según se mire. Todo el mundo sabe que los demonios son ángeles que no hacen lo que papá Dios quiere. Pero es que aquí su moral es otra y no tiene nada que ver con el sexo o con el placer. Siempre hay gente comiendo en la calle, a todas horas. Todo cabe en un cuenco de sopa (que se come con palillos y cuchara pa no dejar na de na). Cierra los ojos. Mueve las manecillas del reloj y piensa en cualquier cosa: carne, pescado, frito o a la brasa , insectos, gusanos, ahumados, algas. Dulce, muy dulce, dulce-salado, picante, muy picante. Gofres, crèpes del tamaño de una moneda, sachicas de colores, huevos rosas... Vamos, desea, no te cortes. Un masaje, hombres, mujeres, hombres-mujeres... Si tardas mucho, alguna simpática profesional te dará alguna que otra idea. Con toda naturalidad, sin la tristeza en los ojos de las profesionales de Europa. Invitándote a unas cortezas y riéndose con sus amigas. ¿Cielo o infierno?

El oído tal vez sea aquí el más perezoso de los placeres. Pero siempre hay alguien escuchando una melosa conción de amor. Y si es un videoclip veremos como el bueno recibe paliza tras paliza hasta que la chica se escapa del malo y se besan bajo la lluvia. No le respetaran mucho en su pueblo, pero al menos aqui el bueno se lleva a la chica. Y si no siempre nos quedará la música de relajación (greenmusic) con el aire gélido del sky-train traqueteando entre relucientes rascacielos.

La amistad y la risa sin embargo son placeres gatuitos en esta ciudad. Y la imaginación se vuelve loca entre hombres-pájaro, gentes de todos los tamaños y atuendos, edificios con múltiples tejados, jardines con falos gigantes y de todos los colores, descubrir qué es eso que se están comiendo los de la otra mesa... Y por supuesto los fantasmas.

Esta ciudad está llena de fantasmas. ¿No has visto ninguno? preguntan a los farang (extranjeros) que llevan ya una temporadita. Cada vez que hacen obras, y esta ciudad ha sido abierta en canal una y otra vez estos últimos años, hay que pedir perdón a la tierra y hacer ofrendas a los espíritus. Y aún así con la urbanización acelerada la ciudad se ha llenado irremisiblemente de fantasmas. A veces despistan a los conductores y producen algún que otro accidente. La mayoría de las veces gastan bromas por las calles y de vez en cuando molestan a los nuevos inquilinos para que no se olviden de las oportunas ofrendas. Delante de cada casa tiene que haber una casita en miniatura con figurillas de los "otros" habitantes. Y por supuesto dejarles algo de comida y bebida cada mañana, que ellos no van a ser menos.

Por supuesto el mayor placer de esta ciudad es tener un amigo que se llame Daniel Iriarte y comparta sin reservas contigo la aventura de vivir el Sudeste Asiático. De hecho, como recuerda el Villa, aqui el nombre administrativo de los extranjeros es "Alien". Y muchas veces se sienten así, como Aliens en una tierra extaña y llena de sorpresas. Gracias a los dos y os dejo que me voy a comer con ambos en la mansión del Villa, donde el agua de la piscina sale de la trompa de los elefantes. Auténtico lujo oriental. Un abrazo a todos!!!

PD: Otro día os hablo de Laos y de nuestro futuro viaje a Camboya y Vietnam, que si no voy a llegar tarde!!!