Hoy hemos dejado Kyoto entre lágrimas y hemos ido en tren bala hasta Hiroshima. Esta ciudad devastada por Estados Unidos (habiendo ganado ya la guerra, habiendo destrozado ya el 52% de las casas de Tokyo con bombardeos convencionales, quizá por probar su nuevo juguete, quizá para mandar un mensaje a la unión soviética o al mundo...) se nos presenta ahora reconstruida, llena de color (quizá demasiado) y de esperanza.
Y a pocos kilómetros vía ferry, vamos a comer a la paradisiaca isla de Miyajima. Allí nos asaltan otro tipo de peligros que os mostraremos en otra entrada ;-)
Y toda la crueldad de los japoneses en Corea, China y el sudeste asiático, el salvajismo despiadado de los americanos en Japon... todo ese sufrimiento se hunde mansamente en este océano de belleza, mientras sube la marea sobre los pilares de la roja torii anclada frente al templo.
Llega el atardecer, y una vela de esperanza sigue encendida en Hiroshima hasta que desaparezcan del planeta las armas del miedo y el odio. Por un instante el sol arde con un rojo intenso y la vela brilla con mas fuerza...
(Escrito ayer y enviado dese el Peace Memorial Museum de Hiroshima)
10 years ago
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