Saturday 23 February 2013

Reflexiones entre machetes

En el libro de Daniel Quinn que me dejó Itxaso, Ismael, -y que leí en el bucólico pueblo maasai que visteis en la entrada anterior- el autor busca las razones por las que nos estamos cargando el planeta. Y para ello en plan didáctico separa las culturas como las lentejas, Takers o Leavers, o lo tomas o lo dejas. 

-¿El qué? -diréis-. 
-Pues la... agricultura! Me explico:

Pongamos que entre otros sitios, en el Creciente Fértil, Mesopotamia (actual Irak) hace la friolera de 8000 años a alguien se le ocurre plantar cerca de casa las cositas que le gusta comer y dejar de ir de aquí para allá conociendo mundo y buscando el sustento. El caso es que le cojen gusto y ya quieren tener más comida que la que necesitan para estar seguros que no van a pasar hambre. Y al tener más comida -y más trabajo que hacer- se ponen a tener hijos como conejos. Y al ser tantos necesitan expandirse par cultivar más tierras, quieran los vecinos o no quieran. En el 4000 antes de Cristo, parece que algunos vecinos cazadores-recolectores o pastoralistas, como los Semitas, no quieren.


Y como siempre, guerra. Los semitas en su propaganda, cuentan las cosas desde su punto de vista. Estos cabrones caucásicos que vamos a llamar Caín, que son hombres como nosotros (hijos de Adam, que quiere decir "hombre"), nos quieren matar porque tienen envidia de que nosotros con cazar un poco y recoger los frutos que Dios nos manda (total dos o tres horitas al día) estamos felices y adaptaos a nuestro entorno y ellos tienen que pasarse el día trabajando para tener un plato de alubias. Por algo los habrá castigado Dios!

El caso es que con propaganda o sin ella perdieron, pero esa historia pasó a sus herederos judíos, que aunque no la entendían mucho quedaba bien en el Génesis. Y desde entonces la cultura de los Takers -judeocristianos, nosotros- nos repite aquello de que la Tierra es para dominarla. Vosotros -susurra- no tenéis que cazar sólo para sobrevivir, podéis matar a vuestros competidores y seguir "creciendo y multiplicándolos" aunque con ello os carguéis la biodiversidad y en breve el planeta se vaya a la mierda con vosotros dentro.

¿Por qué os cuento todo esto?

Primero porque me acabo de terminar el libro. Segundo porque en el pueblo maasai un día llendo a por agua al charquito que se va secando poco a poco, se me ocurrió decir que por qué no hacían un pozo en condiciones.

-El gobierno pasa de nosotros

-Qué maní con echar la culpa al vecino. ¿Por qué no se reunen los ancianos y os ponen a todos a trabajar para hacer el pozo? Así en la estación seca no os faltaría agua ni se la beberían las vacas o los elefantes.

-Porque los ancianos eran nómadas, el gobierno les obligó a asentarse y además ahora lo que quieren es terminar sus días tranquilitos y sin mucho jaleo. El gobierno tendría que habernos enseñado a vivir en plan sedentario antes de obligarnos ...

En el momento sólo pensé "vaya huevazos que tienen los ancianos" y "esto es imposible, la culpa siempre la tiene otro". Pero luego empezé a fliparlo con que el señor con el que me gustaba conversar y tooodas las generaciones anteriores maasai habían sido nómadas hasta que llegó alguien y mandó parar. ¿Serían más felices antes? ¿Seríamos nosotros los que tendríamos que cambiar, renunciar a "poseer" tantas chorradas, ver cuántas personas puede soportar el mundo sin agotarse y hacernos un nudito en la colita? Vamos, las preguntas de siempre, pro ahora con un ejemplo. El caso es que empecé a verle con otros ojos.


-¿Y los machetes? -preguntaréis los más tiquismiquis- ¿A qué viene el título de reflexiones entre machetes?

Pues a que no iba a acabar esta entrada sin una aventurilla. El hijo del hombre de la mirada de los mil metros, como diría Dani. El que me había invitado a su casa "como amigo, no como turista, no te preocupes", cuando fui a darle algo de dinero por los gastos de agua y comida de esos días, "aunque me hayas invitado, por lo menos esto"... se transformó.

Me decía que tenía que darle más del doble de lo que le daba (las cantidades os van a parecer de risa, mis 20 euros y los 50 que el me pedía) pero cuando le dije que estaba feo eso de exigirle a un invitado una cantidad exacta de dinero, esperó a que metiéramos la mochila en la furgoneta (daladala), tuvieramos a la gente esperando dentro y nos rodearan sus amigos con machetes, para montar la de San Quintín, pero en plan maasai.

Me amenazó con llamar a la policía si no le daba lo que me pedía a lo que le dije  con calma -creo- que si metía a la policía de por medio, ni 20 ni 50. Fue animando un poco a los espectadores en lengua maasai y finalmente unas cuantas manos se abalanzaron sobre nuestras mochilas, las sacaron del daladala y me informó de que no salía de ese pueblo hasta que no le pagara.

Chan, chan.

Tras descartar rápidamente mi primer impulso de volver a colocar las mochilas en el daladala, cogí aire, me relajé y cuando ya se fue nuestro transporte, retomamos nuestra "conversación". Él llamó a nuestro amigo en común, Charles, que era el que nos había presentado, para que me convenciera, pero cuando le dijo que cogiera lo que yo le daba y me dejara en paz, colgó y me "transmitió" que Charles me impelía a darle los 50 euros.

Más ejercicios respiratorios por mi parte.

Vino un amigo suyo del pueblo que nos caía mejor y nos aconsejó que entráramos en su casa para poder hablar sin dar el espectáculo. Lo que acepté en el acto porque  suponía dejar de estar "amablemente" rodeado de tíos con machetes. En su salón sugirió que llegáramos a un punto intermedio.

Yo, hablando más despacio que Punset, y con una voz más tierna que el día de la madre intenté explicar que ahora, tras retenerme por la fuerza en el pueblo, darle más dinero me parecía ceder a una coacción y que, aunque agradecía sus esfuerzos, me sentía éticamente obligado a no ceder...

Bueno, el caso es que si no llega a ser porque mi amigo Charles llamó y le dijo en tono "conciliador" que como no me dejara salir del pueblo ni se le ocurriera volver a Arusha porque le iba a partir el cuello, no se yo como habrían terminado las negociaciones ;-)

Y todo, como no, por dinero. Parece que la sangre de Caín arraiga en pocas generaciones. Pero os dejo con el sms de su amigo del pueblo, porque me encantó:

"Sabes que soy un rastaman, no quiero ver gente discutiendo, pero me gustas porque eres realmente un hombre. Conoces tus derechos y luchas por la Verdad. Good."

Así que terminemos con esperanza. A ver si todos -yo el primero- nos hacemos unas sangrías de la sangre de Caín que corre por nuestras venas y disfrutamos de la tranquila vida de Abel en los diversos parajes de este mundo que todavía no nos hemos terminado de cargar del todo.


PD: Y en la próxima entrada ya os cuento las cosas bonitas del poblado maasai, la recogida de alubias, las experiencias con el brujo, y otras sorpresas ;-) Un abrazo!

Thursday 14 February 2013

Feliz día de San Valentín!!!

Con todo mi cariño -y el de Itxaso- desde el pueblo masai de Monduli!


Y dejamos la puerta abierta por si os apetece echar un vistazo ;-) Un abrazo!


Tuesday 12 February 2013

Espacio infitnito

Serengeti en lengua masai quiere decir algo así como planicie infinita. Y ésa es la sensación que da, visto desde la cima de alguna de sus islas de piedra, un océano de hierba, un mar en calma hasta que alguno de sus islotes en forma de árbol te muestra el leopardo o la familia de leones que esperan el momento propicio para salir de caza. Islas e islotes, que diría Diego.


Claro, que faltaba el macho dominante. Un premio al primero que encuentre el león ;-)


Y para los que os cueste un poquito, me acercaré -sigilosamente- para que lo veáis mejor


Como siempre lo importante es ir con buenos amigos, como Takeshi. Ah, y madrugar un poco, sobre todo si duermes en el borde del volcán de Ngorongoro!!



Y no os digo más, os dejo con la brisa que crea las olas en este mar de hierba, con vuestros pensamientos que vagan libres en la sabana.

Bueno, ya que os vais a portar bien comentando en el blog, os dejo compartir el amanecer... y el desayuno!


Un abrazo!

Friday 8 February 2013

Las otras caras de la moneda

(Para empezar, gracias a todos por vuestros comentarios!!)

La entrada anterior quedaría un poco descompensada sin las otras caras de la moneda. La de todas esas mujeres que lloran detrás de sus kangas de colores y sus lamentos que se trenzan con las otras voces en un clamor de historias, de tragedias y de súplicas.

Historias como las que me fueron contando una a una las viudas del barrio al que me llevó Charles para que conociera la "verdadera África". Nos acompañó el alcalde y otro representantes que estaban por allí. En todas las casas de barro, con las paredes dejando ver los palos de su estructura como huesos a través de sus heridas, se hacinaban familias enteras con historias parecidas. El marido murió de sida, de otra enfermedad o en algún accidente y las madres se dedicaban a vender las pocas verduras o cualquier otro producto que cupiera en su kanga, en ese pequeño espacio cuadrado en el suelo entre la hilera de mujeres.

Que Charles les contara que soy médico, añadió detalles y preguntas a sus historias, como la madre que me enseñó el tratamiento que estaba tomando su hija para la tuberculosis (en la misma habitación que el resto de la familia, por supuesto). Al menos consiguieron reunir el dinero suficiente para seguir un tratamiento adecuado, y espero que para poder seguirlo todos los meses.

Me sorprendió que el alcalde siempre les preguntara por cuánto dinero necesitarían para arreglar su situación, "si de repente apareciera alguien" que se lo diera. Las respuestas variaban entre la que más me gustó: "lo que cuesta otra caja de cerveza para vender en el mercado. Con una tengo para alimentar a mis hijas, pero con otra podría pagar las tasas de la escuela", y la que más dinero pedía que como siempre era la única que tenía una casa grande de ladrillo de su propiedad (el resto eran alquiladas!) y agua corriente que vendía a los demás. Como vosotros, pensé que el alcalde hacía esa pregunta para pedirme ayuda para esas personas, pero no. Me pidió que le invitara a comer o que le diera dinero para él, por acompañarme en el paseo. Creo que mi respuesta cambió un poco con la traducción ;-)

Pero el dinero, la moneda, está en medio de todas sus caras. La religión compite con los brujos en la promesa de hacerlos ricos. Eso sí, los brujos a parte de dinero, ponen condiciones que pueden variar desde matar a alguien (un desconocido o la propia mujer, los propios hijos...) a cosas aparentemente sencillas. Me contaron que un hombre consiguió hacerse rico vendiendo tanzanite (el "diamante azul" que tienen por aquí), tanto que se compró cuatro coches y cinco mujeres (siempre más mujeres que coches). Pero de repente perdió todo, mujeres incluidas, porque dejó de cumplir la condición... dormir en el cuarto de baño!  Que oye, yo le entiendo, porque dormir en el cuarto de baño cuando uno tiene cinco mujeres, eso no hay quien lo cumpla!

Pero quiero contaros la historia del propio Charles. Nació en la tribu Curia, en las orillas del lago Victoria. El primer hijo varón de la tercera esposa, de las cinco, de su padre. Uno más de sus 37 hijos. Su madre no era la preferida (casi siempre la última, a veces la primera, o ambas, como en este caso) así que él no fue de los pocos a los que su padre se dignó a pagar los estudios. Cómo iba a vender alguna de sus muchas vacas ahora que era casi anciano! Tampoco tenía la suerte de que sus primeras hijas fueran mujeres para así casarlas pronto y tener vacas (esas sí que se las queda la madre) con las que pagar la educación o la dote de sus hijos.

Para que lo entendiera mejor me contó que cuando tenía 21 años, la casa de su madre necesitaba serias reparaciones, así que la madre convocó a los mayores del clan que decidieron que la segunda esposa vendería alguna de sus muchas vacas para pagar la reparación. El hijo mayor de esa esposa fue al mercado, vendió la vaca pero se gastó el dinero en alcohol y en lo que fuese antes de volver a casa. "Por qué iban a ayudar ellos a las otras esposas?" le gritó a Charles borracho y con un cuchillo en la mano. Al menos es lo que me cuenta mientras me muestra la cicatriz en su brazo derecho...

Ahora la madre vive en Kenia, tras escapar de su padre por pegarla al intentar reclamar (con la única ayuda de la cuarta esposa) que pagara la educación de sus hijos. El caso es que ahora es Charles el que paga en solitario la educación de sus cuatro hermanos, incluida la universidad del mayor (que ahora no puede asistir hasta que paguen el último plazo).

Así que uno entiende que se pasen la mayor parte del tiempo pidiendo dinero. Aunque yo no pueda evitar ponerme en plan europeo de vez en cuando y echar cuentas con él: si alquilaras una casa más barata (se lleva el salario entero de su mujer, maestra, 150 euros al mes), si no pagaras a una asistente, si no compraras canales para la televisión... podrías pagarlo. Como casi siempre te dicen que sí a todo pero no te hacen ni caso, pues ya no te cortas en decir lo que sea.

Pero esta vez me quedé de piedra cuando al día siguiente me dijo que había despedido a la asistenta. Imaginaros mi sorpresa y mi sentimiento de culpa! Pero era falsa alarma, un par de días después renegoció lo que le pagaba (lo cual no soluciona nada, claro) y siguió buscando gente que le prestara dinero.

"I fully believe in Jesus. Cuando sea rico, construiré muchas iglesias, te escribiré un mensaje para contártelo y cuando vengas tendré un coche para que no tengamos que ir andando a todos los sitios y..."

Todo volvía a ser como antes y la moneda seguía girando encima de la mesa, con todas sus caras bailando como si no hubiera nada más, como si esa moneda fuera el mundo entero...

Tuesday 5 February 2013

La de Dios

Ya os he dicho a todos los que me preguntáis que sigo "clavado" en Arusha supuestamente "estudiando" swahili. Pero para que os hagáis una idea, ya me he visto la serie completa de Harry Potter y la primera de las Cronicas de Narnia :-)

Pero además, como Charles, mi generoso anfitrión, a parte de pensar todo el rato en lo que hará cuando sea rico, es "fully believe in Jesus", me he pegado un repaso al "mercado" religioso.

En Mozambique ya os dije que me pasé por una mezquita y después de rodearme quinientas personas mientras intentaba escuchar discretamente desde fuera, preguntarme si era periodista, si no lo era por qué me interesaba? qué es eso de ateo? pero tus padres son cristianos?... Y finalmente, "Ah, que sólo quieres escuchar? Pues espera". Entran, paran al imán que estaba plácidamente sentado en su sillita de plástico con los feligreses rodeándole atentos en la estera, y tras recibir su aprobación me plantan una chilaba "usadita" y me ponen, cómo no, en primera fila. Pero así por primera vez pude entender lo que contaba un imán tranquilote, que básicamente les estaba diciendo que seguro que habían perdido la mayor parte del año anterior en cosas que no agradaban a Alá, y que se pusieran las pilas este año. Por supuesto al final, micrófono en mano me invitó a decir unas palabras, lo que decliné amablemente y completamente rojo de la vergüenza :-)

Así que aquí en Tanzania toca seguir a Jesús por sus variopintos senderos.

Con mi amigo maasai fui a conocer a los Baptistas y ahí sí que me tocó salir con el micrófono a decir unas palabras que simplemente fueron que me había invitado mi amigo Kingston y que muchas gracias. Bueno, pues nada mas saludar ya me contestó al unísono toda la multiud, aplausos al final y mientras volvía la gente me paraba para decirme que había sido un "discurso muy bonito"!!?? Allí ya lo empecé a flipar con la cantidad de horas que se tiran allí, los gritos del pastor, los bailes y la gente un poco "entusiasmada" ("con Dios dentro", para los friekies). Pero eso no era nada comparado con lo que me esperaba.

Con Charles fui a una especie de polideportivo donde se reunen entre semana los de Pentecostés. Bueno, pues a parte de no comulgar, del porrón de horas, de los bailes... allí vi por primera vez a alguien dando unos gritos de espanto hasta que se lo llevaron con los brazos extendidos y rígido, porque "Jesús le está liberando de los malos espíritus". Pero el paroxismo llegó cuando fuimos a ver a un Luterano "invitado" que viene sólo dos veces al año: Christopher Mwakasege. Para empezar habla "en la lengua de Dios, que sólo entienden Dios y él" Para que os hagáis una idea de cómo te las sueltan por aquí. Negociando un poco dijeron que tal vez fuese arameo. El caso es que tras los bailes en una carpa enorme construída para tal fin y mientras él decía algo en "arameo" como KARRABASAKA!!, empezó el exorcismo masivo.

Una tras otra, mujeres repartidas por la carpa empezaron a gritar y a ser llevadas en brazos a otra carpa más pequeña destinada para tal fin. Según unos para liberarlas de los malos espíritus de antepasados, o de mal de ojo de los witchdoctor, otros del mismo Satanás... pero el caso es que Jesús los liberaba.  Y el resto a seguir con los cánticos.

Con este ambiente a nadie le importaban mis preguntas sobre por qué en todos los sermones les prometian que iban a ser ricos, que no fueran a los brujos porque con paciencia Jesús también les daría mucho dinero; si en la biblia dice que "le será más difícil a un rico entrar en el reino de los cielos que a un camello pasar por el ojo de una cerradura". Los pocos que me escuchan se mean de la risa, "qué cosas dice este muzungu!".

Claro que a veces me paso un pelín. Por ejemplo cuando dicen que en la Biblia está escrito que está bien matar musulmanes y yo les prometo que les invito a una cena si me lo enseñan. Cuando empiezan a mandar sms a sus amigos pastores, me arrepiento un poco y les explico que es imposible porque la biblia se escribió siglos antes de que naciera Mahoma...

Y de los catolicos no os comento nada porque Charles no me lleva, dice que "la gente que estudia teología no cree en Jesus" !!?? Vamos en la línea de la teoría de Dani de que "si lees mucho te lías". Y que allí la gente no coge apuntes... vamos yo me imagino que los católicos comen y beben el cuerpo y la sangre de Jesús pero no montan "la de Dios" así que, por qué ir? ;-)

Pues con estas anécdotas, podéis ir en Paz.

Un abrazo, hermanos!