Saturday, 4 October 2025

El arte postcolonial... ¿australiano?

Me estoy leyendo un libro que se titula "WARRA WARRA WAI. Cómo los indígenas australianos descubrieron al Capitán Cook y qué cuentan de la llegada de los Fantasmas".

Es fascinante comparar los diarios del Capitán Cook y su tripulación, con los testimonios aborígenes que han llegado a nuestros días. Por ejemplo, cómo los primeros pueblos que avistaron el barco antes de que desembarcara fueron haciendo señales de humo y enviando mensajeros a lo largo de la costa para avisar a sus vecinos. Vistos desde el barco, esos fuegos indicaron al menos la presencia de seres humanos en esas tierras (que por tanto no era Terra Nulius, no estaba deshabitada).

Cuando finalmente desembarcaron en 1770 en Botany Bay, la tribu Gweagal, avisada por las señales de humo, aunque pensaba que eran fantasmas (por las leyendas, el color pálido y el olor con el que bajarían del barco) activaron su "protocolo" cuando cualquier grupo quería pasar de un territorio a otro de otro grupo y enviaron a un adulto y a un niño a parlamentar con los "fantasmas". Hay un cuadro del escocés Sidney Parkinson, que supuestamente representa el momento, conla versión que los colonizadores han querido que fuera la oficial.


Aquí el "serenísimo" Capitán Cook refrena a sus hombres para que no disparen a los amenazadores aborígenes que aparecen borrosos al fondo con unas lanzas. La realidad parece ser que el propio Capitán Cook mandó disparar a los aborígenes, sin ataque previo, en su primer "encuentro" con ellos. 

De hecho los disparos acabaron matando al único adulto que los "amenazaba" y que hoy sabemos que se llamaba Cooman y era el jefe de su tribu. Su tataranieta todavía está esperando que el Museo Británico le devuelva el escudo de su tatarabuelo. 18 años después de este desembarco, llegó la "Primera Flota" y ya empezó la colonización "en serio" en la zona donde posteriormente se asentaría la ciudad de Sidney, con muchas más muertes. Pero el primer asesinato fue ordenado por el Capitán Cook a los pocos minutos de que sus legendarias e inmaculadas botas pisaran la arena de la playa.

Tras este encuentro brutal, los cuadros pintados por los artistas de varias nacionalidades que migraron a Australia y sus descendientes siguen inicialmente la evolución del arte occidental del momento pero tratando de responder a dos preguntas. La primera sería cómo justificar la colonización y cómo definir lo "australiano" como diferente a la metrópoli (recordemos que el rey de Inglaterra sigue siendo también rey de Australia).

Un ejemplo de este intento de mitificar la colonización y crear una identidad australiana es el cuadro "El esquileo" que pintó el inglés Tom Roberts en 1890. Se pretende mostrar una idílica comunidad rural igualitaria en que cada uno tiene una función y nadie es más que nadie (el "jefe" de barba blanca y con gorro, está a la misma altura que los demás). Pero los aborígenes no están representados.

Otro ejemplo sería el tríptico "El pionero", pintado en 1904 por Frederik McCubbin en unas tierras que eran propuedad de un amo suyo que a su vez era el número dos de la empresa minera BHP. Aquí os locomoarto, poniendo debajo la "respuesta" fotográfica que me encontré en la magnífica Biblioteca Estatal de Melbourne, realizada por Yask Desai. Que cada uno haga sus propias reflexiones. 


La otra pregunta que se hacen los artistas postcoloniales es cómo captar las particularidades del paisaje australiano. Según nuestra fantástica guía, entre otras cosas, les cuesta captar ese tono azulado del verde que aportan los omnipresentes eucaliptos. Por no hablar de cómo se representan los aborígenes en ese paisaje...


Pero podemos decir que no se logra del todo hasta que un artista aborigen, Albert Namatjira, coje los pinceles y pinta en 1949 su primer paisaje. A partir de su influencia y del redescubrimiento del arte indígena tradicional, poco a poco podemos empezar a hablar de un arte australiano propiamente dicho en el que se puedan expresar todos sus ciudadanos. Hay que recordar que el primer aborigen al que se le "concede" la ciudadanía australiana y consta en el censo es, precisamente Albert Namatjira dado el éxito de sus cuadros (!).


Termino con dos cuadros, un poco más actuales, del artista John Brack (desgraciadamente la mayoría de los cuadros expuestos han sido pintados por hombres) de 1954 y 1955. 


El primero se titula "El bar" a las seis de la tarde, hora en la que tenían obligación de cerrar para que la gente volviera a sus hogares. El segundo se titula "Calle Collins a las cinco de la tarde. Dicen que es el favorito de los habitantes de Sydney porque representa a los de Melbourne como grises y aburridos (estas dos ciudades tienen entre sí un pique considerable 🤭).

Las únicas que se salvan un poco en el cuadro son las mujeres que también salen de trabajar a las cinco de la tarde y que pueden ser -por ehemplo- la aguerrida propietaria del bar que sonríe a las seis de la tarde porque por fin le toca a ella descansar.

También yo os dejo descansar a vosotros después de esta entrada, arropados por una de estas capas tradicionales hechas con pieles de Possum que se regalan a cada bebé recien nacido y a la que se van añadiendo pieles -tipo patchwork- a medida que se va haciendo adulto. 


Y os dejo pensando en el tamaño de esta nueva piel, de estos doscientos años de arte postcolonial comparado con el resto de las pieles; con los 65.000 años de arte aborigen australiano.

Sea como fuere, que la capa del arte y la capacidad de expresarnos y de entendernos nos cubra a todos con un cálido abrazo.




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