Sobre los adoquines la playa

Por fin estamos en Senegal, el pais de la Taranga, de la hospitalidad. En cualquier casa puedes coger una cuchara y comer de los enormes cuencos donde come toda la familia. Cualquiera puede entrar a beber un poco de agua o encontrarte con que ya hay alguien desconocido durmiendo en tu cama o que ya no tienes champu porque lo ha usado toda la familia. Nunca un cafe lo bebe una sola persona ni te pondras dos veces las mismas chanclas ;-)

Pero lo primero que vais a notar es que el sueño del mayo del 68, encontrar la playa bajo los adoquines, aqui te lo encuentras sin levantar los adoquines. La playa cubre las calles, se mete en tus botas o cubre tus sandalias y la carretera -como el Guadiana- aparece y desaparece.

También es el país del presidente-poeta, Senghor, que en Paris y junto con amigos como el antillés Aime Cesaire creó el concepto de Negritud para reivindicar la cultura de los negros en África y en la diáspora. Claro que como político es muy criticable. Gobernó durante veinte años, bastantes con partido único y en los primeros años encarcelando incluso a uno de sus mejores amigos, Diop, por un supuesto golpe de estado. Sea como fuere es uno de los grandes personajes africanos, así que seguro que os apetece pasar a su casa en Joal. Las puertas están abiertas...

Dakar es una de esas ciudades en las que te pierdes. Parece que nunca se acaba, como el té al que siempre te invitan. Siempre parecen iguales sus calles de arena. Pero de pronto pasan cosas. De repente puedes encontarte una multitud de niños siguiendo a... un león! Bueno, para ser exactos, un falso león. Lo seguimos?

Y al llegar a casa sea la hora que sea siempre se levanta alguien para abrir la puerta. Al menos yo nunca he visto a nadie salir con llaves. Para qué? -me preguntan- Hoy se despierta ella y mañana me despierto yo. Para que os hagáis una idea, la familia que me acoge la componen los tíos de mi amigo con sus hijos, otra prima que viene de vacaciones con sus hijos (una negra y otro mestizo de su actual marido alemán) y luego siempre dos o tres nuevos que nunca me entero bien de quién son, total en la azotea siempre hay sitio y no hace tanto calor. Cuando te despiertas siempre hay dos o cuatro pies a tu lado y puede que algun brazo. Es agradable eso de nunca estar solo. Y por supuesto te despiertan los gritos de los niños (lo que es un avance de la leche porque estaba hasta los... de los gallos. Aqui tambien hay, pero los niños gritan mas ;-) 

En resumen, me encanta Dakar. Otra cosa es que siempre te estén hablando de Alá y de lo maravillosos que son sus guías espirituales, pero del Muridismo ya os hablaré in extenso cuando vaya a Tuba, su ciudad sagrada. Sólo añadiré que en plena consonancia con la taranga, parte de los musulmanes aquí beben alcohol y comen cerdo "por no incomodar" a los que tienen otras creencias. Una genialidad, no me negaréis. Por supesto también hay otras vertientes donde la mujer no te puede dar la mano para saludar por si te da gustito o le haces el "rasca y gana". Esto es, al darle la mano le acaricias un poco la palma con un dedo para indicarle secretamente que te gustaría verte con ella a solas...

Ahora bien en Dakar, en la Isla de Goré, es también donde podemos comprender mejor una de las páginas más terribles de la historia de África y del mundo: el comercio de esclavos. Quince millones de personas privadas de su libertad, separadas de su familia y repartidas por el mundo para trabajar como animales. Os invito a entrar a una de las casas de esclavos; no olvidéis que en el piso de arriba hacían su vida tranquilamente los europeos que la habitaban...

Pero la historia de África no acaba aquí. Ni empieza ni termina con los europeos. Ya visteis a nuestra tatarabuela Lucy en Etiopia y espero que veamos juntos los antiguos reinos de África Occidental, como el que en tiempos fue mas grande que el imperio romano: el Imperio de Mali. En esta misma ciudad tenemos la estatua más grande del mundo (52 metros, más alta que la Estatua de la Libertad). La pena es que cuando me subí hasta el "gorro" estaba tan emocionado que se me olvidó grabar el vídeo. Pero al menos os acompaño por las escaleras hasta los pies del monumento al... Renacimiento Africano!

Y quiero terminar con mi amigo Alga cantando la canción que compusimos el primer día. Empieza así:

Las noches

de Senegal y España 

se funden...

(Como pone alguien en su facebook "Aquellos que buscan la magia están destinados a encontrarla". Pues eso ;-))