Hola de nuevo! Siento el retraso, pero sigamos donde lo dejamos :-)
Para descansar de las lecciones de cultura tradicional africana me cogí un
autobús a Johannesburgo donde me recibió Shelly, mi nueva CS, antes de ir a
trabajar y con la hija de mi edad medio dormida en el sofá. Así que solté mis
bártulos y sin pensarlo dos veces me fui al mítico "barrio" de
Soweto, construido para albergar a los trabajadores negros de las minas, donde
vivió Mandela y se inició la batalla contra el Apartheid, donde tuvo lugar la
triste matanza de estudiantes que pedían que las clases fueran en un idioma que
pudieran entender. Todo el mundo me había dicho que era peligroso ir solo, así
que me fui a una visita guiada en bicicleta jeje. Pero me dio la sensación
contraria, más seguro que la ciudad y con gente muy orgullosa de ser de Soweto.
Preguntando a un taxista luego me dijo que aquí si roban a un turista el que lo
ve silba con un silbato que llevan al cuello para avisar a los vecinos y coger
al ladrón. La parte negativa es que le deben pegar una paliza en plan
escarmiento que en algunos casos como el que aparecía en el periódico ese día
podían acabar matándolo en plan la justicia por nuestra mano, porque "aquí
mantenemos el sentimiento de comunidad". Pero quitando eso allí estuvimos
tomando cerveza tradicional en los shebeen o casetas de hojalata, en unos
cuencos de los que bebe en círculo todo el que se encuentre en el bar :-)
Pero tras abandonar la gran ciudad, me fui al parque Kruger, mi primer
safari!! Al llegar todo era un poco complicado, pero me encontré un amigo que
me echó una mano...
Que no!! La jirafa la vimos más tarde pero mi ángel de la guarda en Kruger
fue Willie, este otro personaje que estaba cocinando su cena y cuando vio que
me había quedado sin saldo echó la comida en un tupper (no cenó!) y me llevó en
su coche a buscar safaris, saldo, al supermercado... y al final decidió que al
día siguiente se podía escapar antes del trabajo y llevarme él mismo de safari.
Y eso hicimos!! Le teníais que ver
bromeando con todo el mundo hablando en un lenguaje inventado o fingiendo que
era un león! Y ya que estamos, me volví con él a Pretoria, cené en su casa,
jugué con su hija y su novio a un juego simple y superdivertido que consiste en
poner barro en el extremo de un palo y lanzarlo lo más lejos posible (todavía
me duele la mano de la tendinitis jejeje). Y encima su juego de cartas es el
Uno! como el de mi familia en Navidad. Mi única compensación fue una tortilla de
patatas gigante que parece que les gustó.
Y de aquí, con cámara nueva porque se me rompió la mía (las fotos de nuevo
son de Willie) salí de este país del
arcoiris, de los contrastes que os he ido contando, rumbo al país que hizo
famoso a JuanCar... Bostwana!!!
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