Monday 12 August 2013

Magia para principiantes: El Marabout (o Morabito)

Amanece un nuevo día en nuestro entrañable pueblo de la región de Fatick. Todavía nos acompañan en el recuerdo la placidez del baño ritual bajo el Baobab Sagrado, el ritmo sosegado del trabajo en ese campo que parece pintar de verde un cuadro infinito, las historias fantásticas contadas por los niños a la luz de las estrellas... Pero para asegurar la curación de nuestro amigo el Luchador,  hoy nos toca echar a andar temprano para llegar a la casa del hombre más reputado de la región en cuestión de males de ojo, hechizos y maldiciones...

El Marabout (en francés) o Morabito (en español) es en su sentido original musulmán un hombre famoso por su santidad, pero en el áfrica subsahariana es una especie de cajón de sastre que puede nombrar al curandero, adivino, hechicero, al conocedor del poder esotérico del Corán o del culto de los antepasados, al que obedecen los djines... o frecuentemente todo esto a la vez, como es el caso de GUÉTHE DIOUF, el poderoso marabout de Sobén.

Pero como teníamos que esperar un poco antes de que pudiera atendernos, nos dimos una vuelta por el pueblo y fuimos a visitar a una vieja adivina que conocía Pape. La alegría que emanaba de su ojo sano, de un azul como de mar en calma, y de su contagiosa sonrisa nos hicieron sentirnos cómodos en seguida. Y ella, tras terminar los saludos oficiales, sacó unas conchas de un pequeño recipiente de mimbre y las lanzó sobre la estera. Eran 16 pero todas menos una se quedaron pegadas como por un imán y la otra salió disparada... hacia mí!

 - Parece que eres tú el que tiene alguna pregunta -me dice sonriendo

Como casi siempre, yo pregunto por amores que es más interesante pero ella decide hacerlo un poco más completo. Vuelve a lanzar las conchas con un grácil giro de muñeca y esta vez se quedan todas tranquilamente panza arriba formando una especie de corro. Ella levanta los brazos exclamando Alhamdulila (gracias a Dios) y todos se apresuran a pasar la mano sobre las conchas. Ante mi cara de sorpresa me explican que es muy raro que hagan eso y que significa MUY buena suerte y que por eso las tocan, para que se les pegue un poco. En la siguiente tirada se separan ya, adoptando una forma geométrica como de cuadrados. Me explica que eso será mi lugar de trabajo en el que parece que todas las cosas están en perfecto orden y armonía presagiando felicidad. (A mi ya me tranquiliza simplemente el hecho de que me vea trabajando ;-))

- ¿¿Y de amores?? -insisto yo, para que no se le olvide

Así que en la nueva tirada ya entrando en harina, las conchas empiezan a hacer cosas muy raras colocándose unas encima de otras. Ella empieza a medir distancias respecto de una de ellas (que supuestamente me representa a mi) aparta algunas, piensa, sonríe y finalmente me dice que mi único problema es... Que tengo demasiadas mujeres enamoradas de mi!! Ah bueno, si es sólo eso... pienso yo jeje

Ella pasa a explicarme el sacrificio que tengo que hacer para que las mujeres que no son la que más me conviene se alejen de mi y pueda casarme pronto con la persona indicada. Le agradezco mucho sus consejos para alejar mujeres -que no tengo ninguna intención de cumplir, claro ;-)- Y salgo muy contento con mis nuevos "problemas" y con mi nueva amiga adivina que se despine llenándome con su mirada azul y con una última profecía: Te veo volviendo a Senegal... Y te pido que no se te olvide hacerme otra visita



 Pero lo importante sigue siendo el problema de nuestro amigo el Luchador. Como me explicaba en su despacho inundado de libros el profesor Ibrahima Sow y comenta en su libro, "El mundo mágico está hecho de angustia, donde a los ataques reales o imaginarios responden siempre contrataques"*  proporcionados por el marabout. ¿Y de dónde vienen esos ataques? -preguntaréis. Pues o bien de los Rab (dioses de los ancestros) como el que nos bendijo en nuestro baño bajo el Baobab Sagrado; sobre todo en conflictos genealógicos o por insatisfacción de los antepasados. O bien de los terroríficos Dëmms (brujos/as comedores de almas) al parecer relacionados con el miedo a la desintegración de la personalidad. O finalmente de los propios Marabouts que actuarían a petición de algún enemigo, como es el caso -según él, claro- de nuestro amigo el Luchador, hechizado por un marabout a petición de su suegra que no quiere que siga casado con su hija.

Si ya os he acojonado bastante, es momento de que -tras descansar del sol abrasador del largo camino- entremos en los aposentos del Marabout y le veáis preparar su "poción" en la "marmita"... a los más valientes os dejo que intentéis buscar al ser rodeado de luz que se aparece a la izquierda de la imagen. Pero a los demás no digáis que no os avisé!



Cuál no sería mi sorpresa cuando, tras mezclar en la marmita los cuatro elementos: el Agua, la Tierra con distintas arenas y polvos vegetales, Fuego con cerillas encendidas y finalmente Aire, batiendo enérgicamente el contenido tras añadir el último y más poderoso ingrediente secreto protector contra los ataques... nos teníamos que bañar con semejante mejunje! Previamente tuve que pasar el cuerpo cuatro veces por una cuerda con los extremos anudados (imagino que para "cortar" las malas influencias que trajésemos) y no pude ducharme hasta el día siguiente a pesar del intenso picor acompañante...

Y todavía quedaba algo más. Tenía que prepararnos un gri-gri (talismán) personalizado. En este caso utilizó una de las técnicas más populares, la de los nudos. Previamente a tensarlos el marabout, mediante su aliento o su saliva, les insufla de su poder recitando los encantamientos pertinentes a los deseos de su futuro portador que estará así protegido... siempre que lo lleve puesto! Por cierto, si estáis atentos podéis oír mi nombre entre la letanía de invocaciones.


Antes de irnos y mientras nos preparaba "el kit del marabout" con distintos remedios que os enseñaré cuando llegue a España, intenté sonsacarle de dónde venía su poder. Del Corán? De los djines? De los dioses de los antepasados??? Tras acompañar un largo silencio con una sonrisa maliciosa me respondió

- De todo eso junto

Pues nada. Con sus secretos a salvo, protegidos ya contra tan diversas fuerzas maléficas con los debidos remedios y tras la obligada discusión sobre el precio, nos toca volver de nuevo al sol abrasador. Me imagino que antes os gustaría saber algo más de esas criaturas diferentes a los humanos y mencionadas en el Corán, los djines, pero "esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión" ;-)





* IBRAHIMA SOW, 2008: "La symbolique de l´imaginaire" pág 133




4 comments:

El Negro said...

Vaya latin lover que andas hecho..., vamos a tener que ampliar tu apodo, a partir de ahora serás "Dancing Doctor Heartbreaker" ;-)
Pues nada, a seguir los consejos de la vieja adivina y aléjate de las mujeres que no te convienen hasta que encuentres el amor verdadero.

Ahora que pensándolo bien, creo que el amuleto que el brujo te ha preparado te va a ayudar a esta tarea. Porque andar por ahí con un amuleto rebozado en una cantidad ingente de escupitajos, sin duda va a alejar a muchas pretendientas, y la que quede cerca, será indudablemente porque te profesa un amor verdadero, porque si no tú me dirás... :-P

Qué envidia que nos sigues dando! Sigue así amigo, disfrutando y aprovechando el viaje al máximo!

Un fuerte abrazo

Diego said...

Da gusto leerte, César... Parece que la realidad que grabas se acomoda suavemente a la historia que cuentas, y no al revés... Desde luego esta visita tuya al Senegal rural excita mi imaginación. ¡Solo de pensar que todo esto es real, y convive allí mismo con nuestro mundo del siglo XXI! En fin, cuídate mucho y ¡síguenos contando!

cesar said...

Gracias Jes!! No había yo caído en esa función del grigri. Y por otra parte, no te creas todo lo que dicen las adivinas! jejeje

Y Diego, ya sabes, nunca dejo que la realidad me estropee una buena historia!

Un abrazo!

amarres de amor said...

muy buen post, me ha gustado mucho, gracias por la informacion, soy una apasionada del tema aunque no creo mucho en las adivinas jaja pero nunca se debe perder la curiosidad. saludos