Amanece en la región de Fatick y con el canto de los gallos y el movimiento que comienza en la concesión familiar, nos vamos despertando los tres integrantes de esta expedición y saliendo los tres de la única cama con mosquitera.
En el desayuno nos informan que ya han hablado con el guardián de la serpiente sagrada, el anciano encargado de los rituales bajo el Baobab Sagrado
- Es tan viejo que cuando hable te va a parecer que puede morirse al final de cada frase - suelta Pap para dar una nota de humor mientras mete la mano en el bol de central.
Quizá venga bien aclarar que para la tradición Senegalesa algunos árboles son residencias oficiales de muchos seres sobrenaturales como los djines, pero especialmente el baobab es el nexo con los antepasados: Es el lugar donde ellos a su vez venían a hacer sacrificios a sus dioses protectores. Así, a dierencia del África del Este y del Sur donde se invoca directamente a los ancestros -que a veces incluso "hablan" a través del chamán en estado de trance-, aquí se invoca al mismo dios o fetiche que les protegía y que se erige así también en intermediario con el mundo de los antepasados.
Pero la pregunta sigue en el aire, ¿Va a dejar que un blanco asista a los rituales a los que -según me cuentan- ningún toubab ha asistido jamás?
No tenemos mucho tiempo para elocubraciones porque enseguida vienen a informarnos que el anciano ya nos espera en el Baobab Sagrado
De nuevo Pape tiene que hacer alarde de su ternura y su diplomacia para convencer al anciano que sólo accede cuando Pape acepta asumir -no sin temor- las consecuencias que pudieran derivarse de esta transgresión.
Así que les sigo bajo el Baobab donde primero para Pape y luego para el Luchador, el Guardián abrirá el pequeño chamizo de paja donde se guardan las calabazas que contienen el agua mezclada con los sacrificios ofrecidos al fetiche; se dirigirá directamente al dios pronunciando el nombre y la familia de la persona que va a realizar el baño ritual, pidiéndole primero permiso y luego su protección y bendición. Pero intentemos acercarnos un poco...
La solemnidad de la situación se percibe en el delicado sonido de las hojas del baobab, en el silencio mientras Pape se retira tras el biombo para realizar el baño sagrado en el que no puede mojarse el pelo ni la cara siguiendo las normas de la tradición. Y tras él el Luchador, verdadero motivo de este viaje al corazón de Senegal, para curarse de ese brote de locura supuestamente enviado por un marabout a petición de su suegra para provocar el divorcio.
Todo parece haber terminado con éxito, pero el anciano sigue sin levantarse del baobab y nos sorprende a todos con la pregunta
- ¿El toubab quiere recibir la bendición de Loungoulgne?
Todos se quedan en silencio y se vuelven hacia mi. Esto no estaba previsto. Esperábamos que me dejara ver el ritual, pero no se nos pasaba por la cabeza que me dejara realizarlo. Acepto encantado aunque -me explican- primero le pedirá permiso al fetiche que si se niega se manifestará de alguna manera, por ejemplo tiñendo del rojo de la sangre de los sacrificios el agua de la calabaza.
Asiento de nuevo con la cabeza, le dejo la cámara a Pape y me acerco, ahora como solicitante, al Baobab Sagrado que sigue bañado de luz.
Todo se desarrolla sin problemas. El agua no se tiñe de sangre, así que el dios ha aceptado que yo haga el ritual. Tras las palabras del anciano me dirjo al biombo de madera sobre el que dejo mi ropa y me baño en el orden que me han indicado. Aunque un poco nervioso, siento como si me bañara a la vez con el agua y con los rayos del sol que parecen vertise cálidos y generosos sobre nosotros aportando también sus bendiciones.
La ceremonia ha terminado y al intentar agradecerle al anciano su ofrecimiento con mis recién aprendidas palabras en Serer -aquí ya no se habla wolof- estalla en carcajadas y nos vuelve a contar aparentemente emocionado que es la primera vez en su vida que el o sus antepasados permiten a un blanco realizar el ritual. Parece realmente contento y aliviado de que todo haya salido bien.
Y ya purificados por el ritual, salimos a pasear por los campos que parecen compartir el encanto de su baobab sagrado. Ese verde límpido, con algo de primordial parece envolver a los hombres que trabajan la tierra acompañados por sus hijos en una estampa soberbia en esta planicie infinita
Y poco a poco llega la noche, y de nuevo las historias, pero esta vez vamos a la casa de la vecina famosa por su habilidad como narradora. La sorpresa es que -a parte de ofrecerme en matrimonio a una de sus jóvenes hijas- son los niños los que, uno a uno, situándose en el centro del grupo y siguiendo las indicaciones de la madre van contando los cuentos de la astuta liebre que engaña al conejo haciéndole unas trenzas pero trenzando el pelo con las ramas o el del padre que al intentar imponer la norma de que nadie que no llegue a la hora puede comer es él el que se queda sin probar bocado o...
Y todos ellos en una mezcla de serer traducido al zolof y luego al francésm intentando conservar las canciones y los gestos y la magia...
Con estas historias llegan la noche y los sueños.
Y me acuerdo del sacrificio que tuve que hacer antes de comenzar el viaje invitando a los niños del barrio.
Y justo antes de dormirme me entra la duda de si estos niños no serán el verdadero dios del baobab sagrado...
5 comments:
Los antepasados de esta gente no saben lo que han hecho.....
Y la parte del gri-gri???
que pasada, cE!!!!no hay palabras! los videos, tu sonrisaca en las fotos y las de todos los nignos...yo creo que el baoab sagrado y los peques estan encantado de tu visita! y como para no!
consigue transmitir tanto y tan bien, que el ritual para mi es leerte! gracias bro! :)
Jajajaja Toda la razón Homi, no saben lo que han hecho!!
Y paciencia Silvia, que el grigri ya lo tienes en la siguiente entrada.
A mi fan familiar no tengo más que decirle que siga con su publicidad engañosa ;-) Gracias peque!!
Solo puedo decir... woooow!!!
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