Sunday 28 August 2022

Gjirokastra: Crónica de piedra

Por fin llegamos a la fascinante ciudad otomana que vio nacer tanto al terrible dictador Enver Hoxha, como al genial escritor Ismail Kadaré.

Para tener una primera imagen, nada mejor que subir los más de mil escalones hasta llegar al castillo y que Diego nos explique un poco la historia con los ojos del niño de la novela de Kadaré Crónica de Piedra.


Como hace tanto viento en esas alturas, mejor nos refugiamos en una típica casa otomana -por ejemplo la de la familia Skenduli- y nos echamos una siestecita 😊

No podíamos consentir que os quedaseis sin ver la habitación de las bodas, así que nos volvimos a subir a lo alto de la colina para visitar la "modesta" casa de la familia Zekate...


...para que podáis contemplar -desde las celosías las chicas y desde los sofás los chicos- este habitación que sólo se usa para los matrimonios de la familia.


De hecho desde esta casa hay unas vistas espectaculares de la ciudad que se suman a la alegría de no tener que subir más escaleras 🙃


Pero como os comentábamos al principio, en este entrañable pueblo de montaña también nació el niño que se convertiría en dictador comunista y que, entre otras cosas, se obsesionó con construir 170.000 búnkeres por toda Albania (uno por cada habitante de la ciudad de Burgos!).

El que se puede visitar aquí es sólo para oficiales, así que si desde ese búnker activaban la sirena que rugía desde el castillo, el resto de los habitantes de la ciudad tenían que buscarse la vida...

Como no os queremos dejar mal sabor de boca, salimos de nuevo a dar un paseo por las encantadoras (y empinadas) calles del centro de la ciudad...


... y os reconocenos que no nos damos estas palizas con el estómago vacío 🤭


Además, como colofón de este día tan especial, tuvimos la suerte de que cenaran en el mismo restaurante que nosotros, los integrantes de un grupo de música polifónica tradicional!


Ya en la habitación con los ojos a punto de cerrarse, parecen entrar las palabras de Kadaré por la ventana:

"Era una ciudad sorprendente que, como un ser prehistórico, parecía haber surgido bruscamente en el valle en una noche de invierno para escalar penosamente la falda de la montaña. Todo en ella era viejo y pétreo, desde las calles y las fuentes hasta los tejados de sus soberbias casas seculares, cubiertos de losas de piedra gris semejantes a escamas gigantescas. Resultaba difícil creer que bajo aquella formidable coraza subsistiera y se renovara la carne tierna de la vida"


Ahora sí, con esto y un postre de leche de oveja, hasta mañana, que nos tenemos que levantar mucho antes de las ocho 😜

1 comment:

Anonymous said...

Vaya día tan redondo :) Gracias por la crónica!!
Por cierto, tal y como está el patio diría que siempre está bien tener un búker a mano...