Si Ife -la capital religiosa, la cuna de la gran cultura Yoruba- es como Grecia, la Ciudad de Benín sería Roma. Capital y corazón del gran reino de Benin que dio lugar a unas de las obras de arte más admiradas de África, los famosos "bronces".
Pero esas esculturas -que no siempre son de bronce- siguen el canon de las esculturas de Ife (ya más elaboradas que las antiquísimas terracotas de Nok en la meseta de Jos en el norte asolado por los terroristas Boko Aram). Este arte venido de Ife llegó a la excelencia gracias a los encargos de los riquísimos Obas (reyes).
La técnica de la "cera perdida" se utilizó antes en África que en Europa y en África alcanzó niveles de finura aún mayores que sus rivales Europeos del Renacimiento. Fue por eso un gran argumento para los intelectuales que reivindicaban las culturas africanas y un duro golpe cuando los ingleses saquearon salvajemente el palacio y se llevaron casi todas las obras de arte acumuladas pacientemente durante siglos y que representaban la historia y el orguyo de un pueblo. Es una vergüenza que a día de hoy todavía no hayan sido devueltos y sigan en esa cueva de Alí Babá que es el Museo Británico y en el Museo de Berlín. Y yo tuve la triste sensación que la ciudad de Benín actual no se ha recuperado de ese duro golpe a su dignidad...
Con el recuerdo del antiguo esplendor de la ciudad de Benín partimos directamente -dado el riesgo de secuestros por los gansters del petróleo en el este de Nigeria- hasta la frontera con Camerún, la capital del antiguo reino de Efik y gran puerto de esclavos del momento: Calabar.
Pero en el camino uno de los muchos accidentes de esas carreteras, esta vez de un camión nos obliga a pararnos un buen rato. Me sorprende que soy el único que sale de la furgoneta a estirar las piernas y ver qué pasa. Al acercarme al accidente veo también a militares fuertemente armados y recuerdo que estamos en zona de secuestros, así que intuyo que debe ser el miedo el que mantiene a todos sorprendentemente "disciplinados" dentro de sus coches. "Aunque ya está todo más seguro" te cuentan sin salir del coche mientras contemplan la lección de un camión ayudando a otro a salir del ahujero.
Cuando llego finalmente a la verde y apacible ciudad de Calabar me encuentro delante de mi hostal... el desfile de preparación del Carnaval!!
Por cierto que el Carnaval no tiene nada que ver con las Máscaras. En varios momentos cotidianos en Nigeria me he cruzado en pleno día con "mascaradas", portadores de Máscaras completamente cubiertos de extrañoa ropajes pero cruzando tranquilamente la calle hablando con alguien. Reciben distintos nombres como Egungun -de origen incierto pero ligados a cazadores o guerreros y a espíritus de los ancestros-o Gelede de carácter femenino porque -nos explica un guía de museo sin despeinarse- todas las mujeres son brujas; si no ¿cómo pueden además de su trabajo encargarse de la casa la comida y los niños mientras nosotros "tenemos" que descansar un poco viendo la tele?... Oh Yea!
Paseando por esta elegante ciudad te puedes encontrar de todo, hasta un festival de cine africano! Que te dejen colarte en un taller de guión en Nollywood -Nigeria es el Hollywood africano, como Bollywood en India- y que te lleven a casa gratis los trabajadores del hotel ya no tiene precio ;-)
Pero dado que Calabar también fue un puerto de esclavos tan importante como Ouidah en Benín, vamos a echar un vistazo a la casa del Governador, que ahora es un museo y guarda algunos secretos... Y no os perdáis la publicidad de los jabones Pears para "mejorar" la complexión!!!!
Es curioso que acercarme al final de mi viaje llege a la zona donde comenzó la Gran Migración Bantú, que de seguir sus pasos me llevaría de nuevo al Este, a la región de los Grandes Lagos y al Sur, hasta el Gran Zimbabwe o al reino Zulú del gran guerrero Shaka... En otras palabras, de seguir sus pasos volvería a comenzar mi viaje!
Como diría Tiziano Terzani, "su fin es mi principio" o al revés ;-)
[Mamá, tú no te preocupes que en Navidad me tienes en casa jeje]
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