Estoy solo en casa de Dani, con la mochila ya hecha y echándose un cabezadita apoyada en la esquina de la cama. Yo escucho a Quique González esperando que den las dos y cuarto para ir a buscar al Zambombo y salir rumbo a Camboya, aunque tardaremos dos días (por lo menos) en llegar a Angkor Wat. Una parte inseparable de los viajes largos son las múltiples despedidas, durillas para alguien como yo que como dice Homer soy más tierno que el día de la madre ;-)
La otra cosa curiosa es el extraño juego de la palabra "volver". Volví a Bangkok desde Laos, vuelvo a la India desde Vietnam... y lo más curioso es que en cuanto usas la palabra volver sientes un poco como que vuelves a casa. Y de esas pequeñas casas que vas dejando por el mundo vuelves... a Madrid? a Burgos? Vuelves...
Fin de las ralladas mentales. Esta entrada era para matizar un poco el primero sobre Bangkok. Ah! y dice mi padre que "la cabeza sobre los hombros". Con lo que me pesa, en sentido literal y figurado, me sería difícil llevarla en otro sitio. Por suerte o por desgracia, así que no preocuparse ;-)
Bangkok también es esos árboles-rascacielos que no te dejan ver el bosque. Puedes sentirte dentro del show de Truman como dice un amigo del Dani. El calor puede ser mano femenina o mazazo en la cabeza. Y seguro que algún día aparecerá muerto un conductor de tuc-tuc a manos de un turista desquiciado al estilo de la peli "un día de furia". Pero en pocos sitios del mundo te aparta un elefante con su trompa entre luces de neón o mientras te tomas un te con leche y con hielos. La otra cara de la moneda, elefantes con cataratas llevados por las calles para pedir propinas (y eso que es ilegal!).
Aún así, si tienes dudas siempre puedes comprarte un amuleto en el mercado de amuetos (justo al lado de la universidad) y empezarán a pasar cosas. Atraerás la buena suerte. Pero hay que elegirlo bien. En mi caso fue muy curioso porque se enamoró de mi la gatita más linda de Bangkok, pero sin doble sentido ;-) Y cómo se llamaba la gatita? SUERTE. O eso me dijo su dueño, un monje budista de 70 años que me invitó a cenar y que resulta que daba clases de filosofía por todo el mundo. Entre otros alumnos tiene al futuro rey de Tailandia. Ahí le tienes. En resumen, que hay que leerse la letra pequeña de los amuletos, pero funcionar, funcionan.
Por supuesto, como toda medicina tiene sus efectos secundarios y cuando salí de la casa del monje, paseando con nocturnidad y alevosía por el "otro lado" del río, empezaron a ladrarme o perseguirme o huir de mí todos los perros tuertos o con cara de malotes que había en esa parte de la ciudad. Menos mal que salió a protegerme una espigada tailandesa de cara de porcelana a quien con el susto me olvidé de preguntar el nombre. Gracias amiga. Aunque para restar dramatismo, tengo que decir que estos no se parecían a los perros del apocalipsis que se pelean a muerte entre ellos en la calle Kao San, la de los mochileros. Al menos... jeje
Otros prefieren comprar estrellas ninja, o pintarse el pelo de rojo para ir al pueblo a ver a los padres de su novia Tailandesa (y no va por Dani). Te puede gustar o no, pero en esta ciudad Dali dejaría los pinceles porque le bastaría con sacar fotos en cualquier calle. De esta ciudad surrealista y loca, de esta hija mestiza de las dos Asias y aceleradmente globalizada, de las chicas de piel de seda, de las cometas, de las extranjeras enfadadas porque aquí no les funciona hacerse las duras, de esta ciudad donde no llega la fuerza de la gravedad, donde se cansan los relojes y donde lo peor que puedes hacer es entrar a un templo con pantalones largos, o no dar las gracias... donde hay que pagarle la ortodoncia al primo de tu novia... De Bangkok, me toca despedirme hoy.
Me reconoceréis que no es tarea fácil. Un brazo a todos!!!!!!!!!
10 years ago