Wednesday 23 January 2008

PARIS III

Bueno, volvemos al ataque (en realidad Jorge está de relaciones públicas, como ayer, así que me imagino que luego agnadirá más cosas). Más pisos:

+Los Negros o La Ginkana: para esta otra "ganga" el segnor me hizo llamar otro día para asegurarse que le había entendido. En mi segunda llamada me dijo que le volviese a llamar al día siguiente a la una y media. A la una y media del "día D" me dijo una parada de metro para que saliese, cruzase una calle y buscase una cabina determinada y allí, nuevamente, llamadita y a esperar.

Le dije a Jorge que se mantuviese a cierta distancia por si acaso, porque era todo muy raro, incluida la voz del tío; muy seca. Cuando vino, era un negro en chándal en un barrio SÓLO de negros. Lo primero que preguntó es si Jorge venía conmigo, así que el rollo de que nos siguiese en plan detective privado... en fin.

Echó a andar a toda prisa y sin mediar palabra hasta que de pronto me llevé un pelotazo de unos nignos que estaban jugando y él puso cara de "NO me gustan las interrupciones", pero yo me agaché, cogí la pelota y se la devolví a los nignos, con lo que creo que rompí su coraza. El vivía en una habitación con su mujer y alquilaba las otras baratitas pero había que hacer contrato todo el agno. Así que quedamos en que si no encontraba para todo el agno nos llamaba y como el gen loli no falla, me empezó a contar su vida: que los hijos estaban estudiando y muchas otras cosas a las que por supuesto asentí sin entender ni papa.

Esto sobre el barrio de negros, arriba a la derecha. Abajo a la derecha estuvimos en un barrio SÓLO de chinos que ya os contará Jorge y más abajo uno de ...comunistas?? todo se llamaba Kremlin, Marx y cosas así y el barrio era obrero y las casas negras como el azabache.

Hablando de barrios obreros: más arriba y más a la derecha fuimos buscando una residencia en la que Jorge sabía que había plazas SEGURO, pero no sabía el número de la calle. Por supuesto era una calle enorme donde Cristo perdió la paciencia. Pues bien, cuando entramos en lo que nos pareció una residencia, vimos un cartel que hablaba de los últimos ataques en el barrio y de algo así como organizar patrullas ciudadanas. Salimos pitando y ¿qué vemos? UN INCENDIO!!!!!

De un edificio ya de por sí negro salía un humo negro como el alma de mis profesores y estábamos pensando si llamar a algún sitio, cuando salió una segnora y dijo: "Vaya, otra vez" y siguió su camino, así que nosotros, flipados , seguimos el nuestro.

Pero mientras veíamos estos pisos, tras nuestra visita matinal a nuestros respectivos coordinadores de relaciones internacionales, íbamos casi todos los días a un pequegno pueblecito: "Fuente de las rosas" Al que llegamos un día muy duro (en que encima no conseguíamos localizarnos por el móvil) buscando una residencia. Pues al salir del RER, asqueados de nuestros problemas y de las afueras de París, vimos...

¡¡¡¡ARBOLITOS y FLORECILLAS!!!!

Y nos quedamos enamorados del publecillo y por tanto de su residencia a la que fuimos a insistir desde entonces, incluso recibieron una llamada de mi amigo de la oficina de turismo diciéndoles que la EMBAJADA nos avalaba. Además el que nos atendía era el homólogo del TUDE por allí, que tenía unos modales y unos modelos muy estrafalarios y que nos hacía mucha gracia (a parte de ser la persona que mejor nos había tratado desde nuestra llegada a París).

Pues bien, como Murphy no se equivoca nunca, nos llamaron el jueves de la Fuente de las rosas... pero de otra residencia que esta en la cima del pueblo y a la que también habíamos echado el dossier (como a otras doscientas). Nos decían que podíamos vivir allí a partir del viernes.

Pero el viernes teníamos una cita con los de nuestra resi preferida, así que dijimos que sí, pero fuimos primero a nuestra preferida por si lo de la embajada había surtido su efecto.

Llegamos al pueblo con TODAS las maletas y las dejamos en la cafetería de la estación para no dar el cante en nuestra primera cita y nos fuimos a nuestra preferida. Nos hicieron esperar media hora y nos atendió una tía (no nuestro amigo) que nos dijo que eso era para trabajadores y que nosotros de eso no fumábamos. Que como mucho había una habitación, así que ya no lo queríamos. A mi se me escapo decirle que ya estábamos aceptados en otra resi, pero que nos gustaba más la suya (para hacerle la pelota que es lo que vale por aquí) pero al decirle cuál era se puso como loca diciendo que era del mismo director y que no podíamos entregar dos dosiers y no sé qué más. El caso es que se picó porque los de la otra resi no le hacían ni puto caso y con todos sus cojones...

LLAMA A NUESTRA RESI Y LES DICE QUE ESTAMOS ALLÍ Y QUE PREFERIMOS LA SUYA

La muy zorra nos hizo quedar de puta pena, pero al final pudimos venir a la cima del pueblo, que es donde estamos viviendo desde entonces y donde hay dos ordenadores para 200 personas y con un límite de 20 minutos, así que hoy jueves, por fin, consigo acabar esta crónica para que conste donde proceda.

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