Tuesday 1 October 2019

Bakú, la ciudad del viento en el país del fuego

*Esta entrada va dedicada a mi madre. Ya veremos quién llega antes a darle un abrazo, si mi entrada o yo :-)*

Estoy en el avión en Bakú viendo un vídeo promocional de Azerbaiyán. En él aparecen cazando los personajes grabados en la piedra en Qobustán. Y caballos en llamas que se funden con la imagen del templo de fuego. Comida, artesanía, danza...

Y finalmente imágenes aceleradas de los peatones (como si fueran el implacable viento que da fama a la ciudad) alrededor de los edificios emblemáticos de la Baku ultramoderna, que acaban con la palabra Azerbaiyán escrito a fuego en el cielo sobre una preciosa imagen del skyline del puerto marítimo del Caspio.

Espectacular. Pero lo difícil es  encontrar la transición entre ese Azerbaiyán milenario y el nuevo Bakú construido a base de petrodólares que da la sensación de que está todavía por estrenar. Eso sí, parece hecho con mejor gusto y con más acierto que en otros casos similares.

Así que desaceleremos un poco la imagen y salgamos a pasear tranquilos por esta ciudad para poder ver a sus habitantes, caminando rumbo al trabajo o jugando al backgamon o al ajedrez en cualquier esquina. Como en este cuadro del restaurante al que fui a cenar todas las noches :-)


En algunos sitios será más fácil, como en el paseo marítimo que sí que parece hecho para el peatón (y su pareja, si la tiene :-)) y muy difícil en otros que están claramente pensados para el conductor, con varios carriles en cada sentido todavía dentro de la ciudad, imposibles de cruzar para el peatón o con un tedioso proceso subterráneo de bajar y subir escaleras para no molestar a los ciudadanos premium, los conductores.

Pero como estamos buscando la transición con el Azerbaiyán tradicional, vayamos directamente al palacio de los Shirvanshas, originalmente del siglo XV. Empecemos por la parte del palacio llamada Divanxana:


Y luego veamos los alrededores del palacio


Quizá dentro de unos años se le quite el olor a nuevo que tiene todo (parece construido, no reconstruido) y sea más fácil imaginar cómo sería la vida en tiempos del Sha.

De momento vamos a ver si tenemos más suerte en la Torre de la Doncella, del siglo XII. Con ese nombre tan evocador...



Es sencilla pero más auténtica que el palacio, con el olor y el sabor de todas esas trágicas y hermosas historias que los habitantes de la ciudad han inventado o intentado recordar para ella. Además tiene el paseo marítimo justo en frente, lo cual sería perfecto si no hubiera que alejarse hasta encontrar un paso subterráneo para no molestar a los coches.

Y se acabó lo antiguo. Sin embargo, antes de pasar a lo ultramoderno, tenemos dos edificios de la época soviética: el anteriormente llamado Museo Lenin (hoy un Museo Central de contenido poco atractivo) y la Casa de Gobierno que os vamos a enseñar:



Y pasando ya a edificios ultramodernos desde el Bulevard, empezaremos por el Museo de las Alfombras, con forma de... alfombra :-)


Entramos en el museo que, a parte de muy poco pedagógico, me deja boquiabierto por la clasificación  propagandística que hace de las alfombras azeríes:


De las cuatro regiones, sólo la mitad pertenecen al actual Azerbaiyán. Tabriz es una de las ciudades más emblemáticas del actual Irán y en las explicaciones (como en las del museo de petroglifos y otros) se omite deliberadamente el pasado y la enorme influencia persa (flagrante teniendo en cuenta que su adorado escritor Nizami escribió en Farsi la inolvidable historia de Layla y su locamente enamorado Majnún).

Y por supuesto Nagorno Karabaj que, para mi sorpresa, es el gran protagonista de este museo en cantidad de alfombras, desarrollo del simbolismo del dragón (superinteresante) y explicaciones propagandísticas. Ahora que estoy volando fuera de Azerbaiyán, ya os puedo contar que entramos Diego y yo desde Armenia. Pero no me voy a liar ahora con eso :-)

No me voy a hacer más de rogar y nos vamos a acercar al edificio más reconocible desde cualquier punto de la ciudad y verdadero "logo" de Bakú: sus Torres Llameantes (por traducirlo de alguna manera). Nos entretendremos haciendo fotos hasta que se haga de noche para que podáis ver Bakú alrededor del fuego de sus torres, como esperando que alguien cuente una historia. Bueno, en realidad para hacerse selfies, no os voy a engañar...



Y ahora que ya es de noche os llevo a la animada Plaza de las Fuentes, donde está el subterráneo restaurante Feiruz al que he ido yo todas las noches. Si algo te gusta para qué cambiar, ¿no?. Al que le apetezca ver el ambientillo nocturno de Bakú, que me siga.


No sé qué tiene la noche en Bakú que uno se viene arriba y se siente como... ¡Un dragón! Al menos por el aliento :-)


Pero Diego no me dejaría terminar esta entrada sin llevaros a la obra maestra de la iraquí Zaha Hadid: el complejo Heydar Alijev. Para algunos el "edificio perfecto". Dejo a Diego profundizar en los comentarios :-) ¡Dentro vídeo!


Os pongo también algunas fotos para que tengáis distintas perspectivas:


Como decía al principio, es difícil encontrar las raíces de este Bakú construido a base de petrodólares. Pero quizás el equilibrio entre el Viento huracanado ultramoderno y el Fuego eterno de la tradición esté en el Mar.

En ese tranquilo y humilde Mar Caspio que acaricia suavemente, con amor de  Madre, las rocas del paseo marítimo alejando el ruido de los coches y entonando su leve murmullo. Un murmullo que escuchan los amantes, como el loco Majnún que seguirá suspirando eternamente por su bella Leyla, pero también los pícaros jugadores de backgamon o de ajedrez que parecen esconderse en cada recodo de este paseo marítimo para seguir jugando la misma partida desde el inicio de los tiempos...

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