Sunday, 7 February 2016

#NiñosNoSoldados

"En casa a veces, cuando me enfado, cojo el cuchillo y me entran ganas de matar a mi familia"

Así conocí yo a -llamémosle- Juan en el centro en que intentaba aprender un oficio. Podría ser el Juan de Johnny Mad Dog. Pero en esa película no sabemos casi nada de su vida antes de convertirse en soldado y muy poco de lo que le pasa después. 


Este largometraje de 2008 está en mi opinión demasiado fascinado por el ruido y la furia de la guerra, por aquello en lo que puede convertirse alguien en medio de ese horror. Aunque intenta compensarlo alternándolo con la perspectiva de una chica inocente que trata de salvar a su padre y a su hermano. Está basado en la novela de un escritor congoleño, Dongala, que tuvo que escapar él mismo de la guerra en su país en 1997. 

Merece la pena verla como ejemplo de una banda -en la peli durante la segunda guerra civil de Liberia en 2003- más guiada por el saqueo, las drogas y las violaciones que por la victoria, con unos niños que se visten y se comportan de una forma desquiciada y que al final son desechados. Nos muestra no sólo el caos, el terror, sino la vulgaridad, la futilidad, la locura. El absurdo de la guerra.



Del que sí que podemos ver su vida "antes" de luchar, en una zona tampón con desplazados internos de su propio país, "durante" la guerra, y un poco "después" es de Agu, el protagonista de la película Beasts of no Nation que estrenó en 2015 Cary Fukunaga, un director americano de familia medio japonesa medio sueca. Está basada en un libro de 2005 del nigeriano Uzodinma Iweala.

El título viene del album musical del mítico Fela Kuti en el que se dice que algunos políticos son animales con corbata -las verdaderas bestias- y respondidas por un magnífico saxo se oyen preguntas como "¿Quién se une a quién en las Naciones Unidas?".

Pero volvamos a la película. Se desarrolla en un país que no se nombra, aunque está rodada en Ghana y salen tropas del ECOMOG, así que tiene que ser un país de África Occidental como Liberia o Sierra Leona. Al principio podemos ver a Abu como un niño de verdad, jugando y vendiendo una televisión imaginaria con sus amigos justo antes de que la guerra llegue a su pueblo y sólo su madre y sus hermanos pequeños puedan huir. Él no puede y se queda con su padre y su hermano mayor que siguen el consejo de los ancianos de proteger la tierra de los antepasados.


A partir de aquí, la historia que he oído tantas veces. Abu ve morir a miembros de su familia, huye y es capturado por otro grupo armado. La mayoría de los niños que yo conozco se unen directamente para vengarse de los que mataron a sus familiares. Lo desgarrador y el mérito de esta película es que vemos la transformación, el proceso de iniciación de Abu (rituales, justificaciones, pequeñas recompensas y "cariño" del comandante...) hasta convertirse en un soldado que tiene que hacer cosas tan terribles como Johnny Mad Dog. 

Para añadir horror al horror, la película nos deja entrever también los abusos sexuales a los que se ve sometido por su comandante. Desgraciadamente eso puede suceder incluso después de la guerra, dado el estigma que acarrean a posteriori estos niños, como le tocó sufrir a Pedro -lo llamaré así-, antes de que yo lo conociera.

Por eso Juan o Pedro me devuelven la esperanza cada vez que les oigo reírse mientras me cuentan con los ojos llenos de ilusión cómo están consiguiendo volver a llevar una vida normal. Y con esa nota de esperanza termina la que me ha parecido la mejor de las tres películas de las que estoy hablando aquí: Rebelde, 2012, del canadiense de padre vietnamita  Kim Nguyen.


El guión es del propio director y está inspirado en la historia de Johnny y Luther Htoo (los gemelos birmanos de 10 años a los que los guerrilleros atribuían cualidades sobrenaturales y terminaron por comandar un ejército). Tampoco se nombra el país pero podría ser República Democrática del Congo, entre otras cosas porque la actriz principal de 14 años fue reclutada en las calles de Kinshasha.

La película nos va mostrando en segundo plano algunas raíces económicas de la guerra como el coltán por una parte y por otra distintos elementos comunes a muchas culturas africanas. Desde la preparación del aceite de palma al uso de las plantas, las ideas sobre la muerte, los espíritus representados de color blanco, los ancestros o los albinos y la magia. Mostrando, no explicando. Como si tuviéramos el privilegio de estar ahí.

El tema principal, como en la vida de los niños que yo he conocido, como en la vida en general, es el amor. El amor antes, durante y después de lo que les pasó. Me ha gustado tanto que creo que no os voy a decir nada más, para que la veáis.



Cuando hacían los niños un ejercicio en el que proyectaban sus miedos sobre una pantalla -para controlar las pesadillas y los flashbacks- me preguntaba qué verían exactamente. Trataba de imaginarme ese árbol que se había quedado fijado en su memoria y al que evitaban ir porque les hacía revivir su tragedia. Por eso quería compartir con vosotros estas películas que son las que más se asemejan a lo que ellos me han contado.

Por eso y porque en ellas se ve que Johnny no es un perro loco, que Abu no es una bestia sin país, que Komona no es una rebelde. Son #NiñosNoSoldados.

Nos recuerdan que hay 300.000 niños más en el mundo que desmovilizar (10.000 en la República Centroafricana) y muchos más a los que asegurar un futuro sin ese horror. 

Como Pedro, María o Juan, que han logrado volver a llevar una vida normal y nos devuelven la esperanza en la humanidad. 

No dejemos que nadie nos la vuelva a quitar.

Tuesday, 2 February 2016

Mes chers amis de Batangafo :

Mes chers amis de Batangafo :

Demain je ferais sortir votre pagaie par la fenêtre de l´avion et je pagayerai jusqu´à trouver la courant du ciel que m´amènera chez moi avec mon autre famille. Mais avant ça je vais vous envoyer quelques mots qui puissent encore virevolter  à l´hôpital avec vous comme ces oiseaux dorés du palmier à côté du laboratoire et de l´équipe de Jean.

Aujourd’hui je dois mètre dans mon bagage le mortier qui remplira ma chambre en Espagne de l´odeur à aïeul et feuilles de manioc et le toucher doux du bois du pilon tellement caressé. Je porte aussi les cornes du premier bouc que j´ai reçu comme cadeau dans ma vie et que j´ai égorgé pour le partager avec vous comme on a partagé les moments heureux mais les difficiles aussi. Yeke oko ;-)

Il y aura la place pour la chemise et le pantalon que le couturier m´a fait avec une image bénévole de moi un peu plus mince que la réelle. J´espère trouver encore des fêtes ou je pourrais bien danser avant que la chemise exploitera complètement pour la rigolade des amis.

Bien sûr ça seras pas dans un autre bloc opératoire que je trouverais un anesthésiste  en train de danser comme Théo ou un petit chirurgien avec un cœur si grand comme Joseph. Bartholomé ne sera toujours là avec sa radio et son sourire prêt à tout. Angela ne viendrais pas de Canada pour me frapper avec sa natte et je crois non plus que je trouverais un autre Dr Francis qui m´invite à ma propre fête de départ.

J´espère au moins qu’après mes efforts Dr Arnault continuera à danser dans les fêtes à venir et à faire sortir sa langue vipérine dans le moment approprié pour laisser intacte toute sa sagesse et sa tendresse pour nos petits-enfants. Maintenant que je pense sur ça, je vois un style similaire en major Félix et l´équipe inoubliable de la pédiatrie, une aire d´anges gardiens amoureux, protecteurs et implacables quand il faut l´être. Comme Junior, Joao ou Patricia, dures seulement quand il y a besoin. 

Je souhaite que vous soyez tous déjà en train de suivre les conseils de Dr Alain et du délégué pour pardonner les uns aux autres les petits défauts et continuer à travailler comme la grande famille que vous avait réussi à maintenir unie contre la peur, les ruptures, les changements subits et les feux de la guerre. Keté keté

Vous avez développé une patience et tranquillité comme celle du major Marcel, un espoir inébranlable comme ce de Romaric dans les moments plus obscurs et vous avait déjà sorti de beaucoup des problèmes depuis 2006, demandez des exemples à major Clément. Vous êtes vraiment « sans frontières », comme Gaspar, Angie, Didier, Awad et la courageuse équipe de la promo santé et de la périphérie. Et sans perdre jamais la joie ni même l´élégance, comme sage Laure, Nina et l´équipe de la maternité au complet. 

Peut-être « Il faut tout avaler », comme disait major Guy avec la voix puissante de l´empereur Bokassa, mais toujours avec son sourire, avec ce de Bonheur qui peut fait rire même aux ex enfants soldats qui ont tellement souffert, avec celle de tous vous. Avec la sourire géante, transparente et inimitable de la Centrafrique.

Prenez soin de Thierry, Aude et du reste des expats. La Nutella et la bonne humeur d´Albert ne seront pas suffisants sans votre appui, sans le café et l´amour de Jacqueline, sans les blagues des gardiens, des chauffeurs et la grande équipe de la logistique qui ferait encore une fois le miracle de tout reconstruire. 

Zo kwe zo. Un homme est un homme. Je suis seulement un homme qui vous quitte, mais vous êtes une grande famille adorable et invincible. Mes mots partent déjà avec les oiseaux dorés du palmier, et un petit morceau de mon cœur reste avec vous, peut être caché sous le fleuve derrière une de ces masques aquatiques des quelles Isidore m´a raconté des belles histoires. 

Singila à tous. Vraiment Singila mingi. 

Et on reste ensemble, toujours. Yeke Oko.