Después de trabajar 24 horas seguidas, coger un metro, comprar un cinturón que faltaba para el traje, unos chupa-chups gigantes para hacer la gracia en la boda y dormirme antes de que despegara el miniavión en que nos metimos Jorge y yo, nada mejor para despertarse que el caluroso y maternal abrazo de... Sicilia!!!
La primera complicaciòn era que teníamos que coger un bus hasta la ciudad (Catania) de ahí otro hasta el pueblo de la boda (Achireale), dejar el traje, volver a Catania y coger otro hasta Palermo (en la otra punta de la isla) donde queríamos empezar nuestras aventuras... y lo conseguimos!!! En el primer trayecto no funcionaba la expendedora de tickets así que nos dejaron hacerlo gratis, en el segundo empecé con fiebre y llegó con una hora de retraso, justo cuando empezaba a fundirme en una experiencia mística con la tierra roja, el calor tórrido y las personas-reptiles que permanecían inmòviles a la espera para no aumentar ni un grado la temperatura corporal. Dejamos los trajes, pero antes de volver del pueblecito quisimos tomarnos un café tranquilitos en la plaza del Duomo. Nos sentamos, pedimos, los viejos del lugar tomaban sus "aguas" tranquilamente, la vida discurría con tranquilidad, llegaron nuestros cafés... y se desató una tormenta huracanada que tiró las sombrillas y nos obligó a refugiarnos en el interior del local. De camino a Catania intentamos entender algo del discurso sobre la Mafia que les estaba soltando el conductor a unos jóvenes, del que al menos sacamos como conclusión que se hablaba ya con más libertad (Jorge añadió que acaban de sacar un comic ridiculizando a los mafiosos). Y tras una vueltecita rápida, cogimos el bus a Palermo un minuto antes de que arrancara. Finalmente llegamos a... Palermo.
"Nuestra" antigua capital de las Dos Sicilias no era lo que nos esperábamos: no estaba llena de gente, ni de coches invadiendo la calzada, ni de peligros acechando en cada esquina. Más bien era una ciudad de amplias avenidas, casi vacías. Elegante, barroca y decadente. Tras perderme con el mapa llegamos al hostel donde una mujer bellísima de ojos azules y pelirroja nos fue dibujando las cosas interesantes en el mapa con rotuladores de colores... ni que decir tiene que aunque estábamos agotados no hicimos ni intención de interrumpirla.
El día siguiente además de recorrer mil veces las dos calles principales que se cruzan en la plaza de las cuatro esquinas bajo la atenta mirada de Carlos V y los Felipes, vimos unas catacumbas con cientos de muertos "expuestos" de pie, todavía enfundados en sus abrigos (qué calor) o los bebés en sus cunas. Muertos y más muertos. Un espectáculo tétrico que no entendimos muy bien, quizá siguiendo la máxima del "memento mori": recuerda que vas a morir, así que pórtate bien aquí en la tierra. Para aflojar un poquito fuimos a un espectáculo de marionetas divertidísimo donde el "jefe" me dejó jugar con una y me enseñó a conseguir que el muñeco sacara la espada. Antes de cenar, escapada para ver solitos los mosaicos de la catedral de Monreal y volver a buscar a la pelirroja, que ya no estaba, o se había transformado en una mujer de rasgos asiáticos que hablaba español.
Tras un día de banito en Cefalú y cena con vistas al mar en Mondello, ya estábamos preparados para otro viaje de autobus a ver las ruinas de Agrigento. Al llegar cogimos rápidamente el que llevaba a las ruinas, y "rápidamente" también, nos pasamos nuestra parada, así que tuvimos que hacer un repasito por las zonas de playa hasta que el bus volvió al punto inicial. Al llegar por fin, nos pegamos a un guía bajito y regordete que hacìa la visita en italiano y de nuevo en italiano pero con acento español ;-))
Era genial cómo nos hablaba de Hércules (en su templo) o del nacimiento de Castor y Polux de un huevo (del otro nació Elena de Troya) y de cómo uno era inmortal pero el otro no :-( Al morir uno, el otro compareció ante Zeus solicitando la muerte, o la resurrección de su hermano. Zeus le negó ambas cosas, pero le propuso "alternarse". Así, cuando Castor vive, Polux debe morir y cuando es Polux quien vive, la muerte es el destino de Castor. Y de esta forma se suceden el día y la noche. También nos explicó el cambio de las estaciones con el rapto de Perséfone por Vulcano y cómo la tierra florece cuando se la devuelve a su madre, la diosa de la fertilidad...
Tras una vueltecita rápida por la ciudad, por el teatro (cerrado) de Pirandello, comer en la calle y echarme la siesta en un banco estilo faquir, cogimos otro autobus hasta Catania, de nuevo Achireale y por fin nos encontramos con nuestras amigas Erasmus. Llamamos a Giuliana para intentar sin éxito ponerla nerviosa la víspera de su boda diciendo que había un problema con el duomo donde se casaba: le faltaba una torre! Con toda la serenidad me dijo que me girase noventa grados a la izquierda de la iglesia que estaba mirando y ahora sí, vería el Duomo, con sus dos torres ;-)
No os puedo explicar la boda y sobre todo el banquete en un caserón de película con el Etna (volcán) de fondo, toneladas de comida, una artista que pintó a los novios desde el segundo piso al ritmo de la música y un baile final en el que sólo quedamos los novios y nosotros.
Esta entrada es una locura, así que me voy a despedir aquí desde el entrañable hotel del señor Catalano, con unos ronquidos de fondo y a soñar con la visita de mañana a la mítica Siracusa que Arquímedes defendió de los romanos concentrando la luz con espejos para quemar sus barcos y con un teatro donde los espectadores eran Platón, Safo, Píndaro y el propio Arquímedes.. qué importaba la obra, con este público???
Dulces sueños...
10 years ago
1 comment:
Muy bonito, Cesitar. Suerte en Japón!
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