A ver si consigo que ésta sea la última entrega, que para una puta semana de viaje...
Me quedé en el puticlub ¿verdad? Pues bien, nada más entrar íbamos a decir lo de siempre: que no era eso lo que buscábamos etc; pero esta vez le dije a X que esperase dos minutos que meaba y nos íbamos y cuál no será mi sorpresa cuando salgo del mingitorio y los veo sentados en una mesa y me dicen que han pedido unas cervezas (para mi también, claro). En fin, que tras rechazar a unas rusas muy monas dos veces seguidas y de que nuestro guía nos hablase de unos amigos bisexuales que tenía (chicos/as) nos decidimos a salir y nos trajeron la cuenta ¡madre mía!
Yo como ya me lo esperaba más o menos salté con un cabreo fingido en plan bruto diciendo que me iba y pegando un empujón a nuestro guía, que era el más canijo de por allí, aunque en ese momento descubrí que estaba cachas, y X me siguió el juego por la parte verbal diciendo que iba a llamar a la policía hasta que conseguimos pagar sólo nuestras cervezas e irnos. La verdad es que es otra forma de regatear. Gracias a esto a X se le quitaron las ganas de marcha y nos fuimos al hotel, porque yo estaba roto.
A la mañana siguiente habíamos quedado con nuestro grupito para hacer un "crucero" por el Bósforo" y le regateamos a un señor un barquito para nosotros solos (aunque al final se apuntó un guiri que había perdido el suyo) y estuvimos todo el día: vimos el palacio de verano estilo europeo de los sultanes y comimos en un pueblecito costero a base de pescaítos. Además tengo una foto chula desde un castillo en ruinas que había por allí. Y vuelta, pero ¡ay, amigos! Yo ya estaba más quemado que en los exámenes de Junio. Y cuando llegamos por la tarde me di un paseíllo yo solo con más dolor que gloria por la costa que da al mar de Mármara, porque aquí sobran costas; vi un espectáculo de luces cutrísimo en la mezquita azul y al hotel.
Recoger, maletas, y a la una y pico de la mañana cogimos un autobús para ir al aeropuerto porque el avión salía a las 4:00 am, no conseguí mantener los ojos abiertos para ver despegar y de igual manera se duerme por fin esta historia, hasta que quedemos para ver las fotos.
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