Monday 16 September 2024

Quanzhou, el puerto de todas las culturas

Dos de los grandes viajeros de la historia fueron Marco Polo e Ibn Batuta. Y los dos tienen algo en común. Que lo fliparon con Quanzhou, el puerto más importante de China y casi del mundo en el siglo XIII. Y todavía hoy se pueden ver muestras de cómo convivieron musulmanes, hindúes, cristianos, budistas, taoístas, etc. Aquí os pongo una foto con Ibn Batuta para que veáis que él viajaba más elegante y menos sudado que yo 🤭


Así que, café en mano, cogemos un tren desde Xiamen y nos preparamos para un día completito 😅

Empezamos por buscar en el cementerio musulmán las tumbas de... ¡dos discípulos de Mahoma! Aunque la vimos más tarde, os dejo aquí el vídeo de la primera mezquita de la ciudad.

Del cementerio nos vamos al museo marítimo. Allí nos damos cuenta de la cantidad de restos que quedan en la ciudad de este mestizaje de culturas. Así que salimos pitando al templo de Kaiyuan a buscar los testimonios del hinduismo en ese templo budista. A ver si los encontráis con nosotros. Y sus pagodas tampoco están mal.

Nuestra siguiente parada es el templo de Confucio, con una curiosa relación con el que vimos en Taiwán. Diego os lo explica de maravilla. En caso de duda siempre mejor Confucio que... 🤭

Eso sí, la próxima vez esperamos poder ver las calles ya restauradas 😅

Para terminar la empanada de templos, no nos podíamos saltar el templo donde se originó el culto a nuestra querida diosa del mar que ya hemos visto en otras partes de China y Taiwán y que se extendió por muchos países del mundo. El templo de Tianhou.

Y por no ver sólo templos, metimos los pies en el agua y debatimos sobre si los pilares de este puente que funcionó hasta el siglo XX podían ser de la dinastía Ming...

Pero todavía nos quedaba un lugar muy especial. El pequeño monte de Qingyuan donde Lao Tsé, el fundador del taoísmo en el siglo VI, supuestamente se transformó en piedra. Aunque otros dicen que tras escribir el Tao Te King "marchó hacia el oeste, adentrándose en el país de los bárbaros, donde su rastro se perdió para siempre", la verdad es que este lugar y su serena mirada de piedra, transmiten una paz muy especial.

Para rematar el día, antes de coger el tren de vuelta quisimos ir a un concierto de música tradicional al aire libre frente al templo de Confucio. En su lugar había dos grupos de personas mayores haciendo una especie de aerobic, cada uno con su música a tope, claro. 

Tampoco está mal estirar un poco para acabar el día en el puerto donde llegaron todas las culturas...

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