Thursday 17 October 2019

Nagorno Karabaj, la flor del jardín negro de las montañas

Hola camaradas, me siento un poco estúpido escribiendo sobre Nagorno Karabaj cuando tenemos nuestros propios nacionalismos desbocados tras la triste sentencia del Supremo (triste estés o no de acuerdo, porque creo que constata el fracaso de la política, la falta de diálogo, de empatía y parece el prólogo de más conflicto y más sufrimiento). En fin, como el primer paso para solucionar un conflicto es comprenderlo y siempre es más fácil cuando no nos toca en primera persona, preparaos que nos vamos a...¡Artsaj!

Diego y yo nos habíamos guardado esta entrada en la manga: nuestra discreta visita a la disputada y autoproclamada "República de Artsaj" o Nagorno Karabaj (de iure pertenece a Azerbaiyán, de facto independiente "sostenida" por Armenia). No quisimos publicarla antes para no tener ningún problema en Azerbaiyán.



Como yo no me veo capacitado para abordar las profundidades del conflicto, os recomiendo leer el artículo de mi amigo y gran periodista Andrés Mourenza del que extraeré algunas citas que irán entrecomilladas. Le dejo a él la parte seria, claro.

Esta pequeña región de apenas 150.000 habitantes (menos que Burgos, para que os hagáis una idea) tiene importancia histórica tanto para azeríes como para armenios. Sin meternos en la época en que fue parte de la cultura kurá-araxes o transcaucásica temprana (desde el 3400 a. C. hasta alrededor del 2000 a. C.) ni en si son o no descendientes de Noé, la primera vez que aparece mencionada por escrito es en inscripciones de Sardur II rey de Urartu (precursor de la Gran Armenia, recordad las ruinas de Erebuni) en el siglo VIII aC. Y desde el 189 a.C hasta el 387 d.C Artsaj fue la décima provincia del Reino de Armenia. De hecho se han encontrado en N-K los restos de Tigranakert, una de las cuatro ciudades fundadas en el siglo I a.C por el más famoso rey armenio: Tigranes el Grande y al que tuvimos la suerte de conocer :-)



Pero tras la partición de la Gran Armenia entre Bizancio y la Persia Sasánida, desde el 387 d.C y hasta el siglo VII, Artsaj pasó a ser parte de la satrapía persa conocida como Albania Caucásica (incluyendo gran parte del actual Azerbaiyán). Que a su vez se empapó de cultura armenia, incluso lentamente, de cristianismo. Así en el siglo V el inventor del alfabeto armenio, St. Mesrop Mashtots, abre la primera escuela y monasterio en NK.




​Con la conquista islámica, desde el siglo VII a mitad del IX formó parte del Emirato de Armenia. En el 821 en Artsaj se formó el principado de Jachén que dada la dificultad de acceso por su situación geográfica montañosa, mantuvo cierta independencia de la dinastía Bagrátida del Reino de Armenia y posteriormente del Imperio turco-selyúcida en el siglo XI (que acabó con el reino de Armenia), de los Mongoles, los Timúridas de Tamerlán y los Turcomanos (oveja negra y oveja blanca se llamaban, y no es broma :-). Está relativa independencia duró hasta la época zarista en el siglo XIX.  

Pero antes de que lleguen los mongoles, vamos a ver dos joyas arquitectónicas del siglo XIII. Probablemente la mejor sea el monasterio de Gandzasar del siglo XIII que fue la antigua residencia del Catholicos armenio de Albania. Aquí teníamos un vídeo increíble con Diego saliendo elegantemente del baño entre la niebla y explicándonos el edificio y los magníficos alrededores que no veíamos pero que debían estar allí. Pero después se aclaró un poco el tiempo y pudo hacer algunas fotos. Menos mal, porque borré el vídeo sin querer :-)



Gandzasar significa monte o cumbre del tesoro en armenio. Quizás porque el monasterio alberga reliquias que presuntamente pertenecieron a San Zacarías, padre de Juan el Bautista.Así que con el ansia de encontrar el tesoro, y después de comprobar que una de las puertas estaba bien cerrada, por fin pudimos entrar en la iglesia de Juan el Bautista por la otra y disfrutar de la sencilla y serena belleza del interior, contrapunto de los delicados y elaborados bajorelieves del exterior. De una forma o de otra, en estas altas montañas hay un tesoro...






Cerca está el monasterio de Dadivank, también del siglo XIII donde están enterrados algunos príncipes del principado de Jachen del que hablábamos antes. A ver si encontráis a Wally :-)


En el siglo XVI Artsaj volvió a estar bajo dominio iraní despues de 1000 años y formando parte de la provincia de Karabaj. Aún así, los Cinco Príncipes seguían teniendo cierta independencia. En el siglo XVIII se creó el Khanato túrquico de Karabaj aún bajo soberanía iraní, durante el cual el Khan Panah Ali construyó la fortaleza de Askeran (que no Azkabán como en Harry Potter :-))  



Karabaj pasó a manos de la Rusia del Zar Alejandro I en 1805. Y los Cinco Príncipes perdieron finalmente su status en 1822.


Después de la Revolución rusa de 1917 el Alto Karabaj pasó a formar parte de la Federación Transcaucásica y Azerbaiyán reclamó su soberanía sobre el territorio con la ayuda del Imperio Otomano. La población azerí, que generalmente habitaba en la sección musulmana de Shusha, inició un crecimiento demográfico veloz. En Shusha vimos la catedral de Ghazanchetsots, construida en 1868, destrozada en la guerra (donde sirvió de almacén de misiles para los azeríes) y reconstruida en 1998. Aquí la vemos sobre fondo blanco de niebla, como queriendo empezar de cero a escribir una página en blanco de la historia...



Pero no adelantemos acontecimientos. Stalin (georgiano, recordad la entrada sobre "el niño de Gori"), quizás con una estrategia de "divide y vencerás" para evitar el surgimiento de nacionalismos en poblaciones étnicamente homogéneas, o quizás para congraciarse con Turquía, establece en 1923 la provincia autónoma del Alto Karabaj (de mayoria Armenia) dentro de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán.

Esto no podía funcionar por mucho tiempo, así que -cito a Andrés-, "el 20 de febrero de 1988, el soviet local del Karabaj votó su separación de Azerbaiyán y su anexión a Armenia, pese a que Moscú no reconoció la decisión. Los ánimos se tensaron, el nacionalismo se desbocó. Se atacaron los hogares de los azeríes en Armenia y se prendió fuego a sus pueblos hasta forzarlos a huir del país. En Azerbaiyán, a Sumgait le siguieron pogromos contra armenios igual de crueles en Kirovabad y Bakú. En los siguientes dos años, 200.000 azeríes de Armenia y cerca de 300.000 armenios de Azerbaiyán se convertirían en refugiados o desplazados." 

Y por supuesto, esto no acaba así: "Al desmoronarse la URSS en 1991 y marcharse las unidades de interposición que impedían el enfrentamiento directo, se desató la guerra por el control de la montañosa región. Tres años de combates, más de 30.000 muertos y cerca de 700.000 desplazados después, se puso fin a la contienda en 1994 mediante un acuerdo de alto el fuego. Los armenios del Karabaj, con el apoyo del Ejército de Armenia, se hicieron con el control de prácticamente toda la antigua región autónoma y con siete provincias azerbaiyanas circundantes de las que expulsaron a la población azerí. Y proclamaron la República de Artsaj." 

Como muestra de los horrores de la guerra, aquí tenéis las ruinas, el esqueleto de un pueblo de mayoría azerí completamente destrozado, saqueado y ahora abandonado. Creo que es Agdam, a la que Andrés dice que llaman la  "Hiroshima del Cáucaso". 

 
Para desdramatizar un poco, os voy a llevar con Diego a dar un paseo por el mercado de Stepanakert, la actual capital de NK:




Paseando por la ciudad fuimos al museo, a la plaza principal (que me pareció un poco descomunal) y  finalmente al monumento que es un poco el símbolo de Nagorno Karabakh, el homenaje a sus ancestros y que se llama Somos Nuestras Montañas, Tatik Papik. La única pega es que la mujer lleva la boca tapada (herencia Persa, nos dijeros en el museo) y no podía hablar en público. Bueno, nosotros hicimos una pequeña crítica humorística con un selfie un tanto peculiar :-)

 

También quería contaros que la mayoría de nuestros compañeros de viaje, pertenecían a la Diáspora Armenia. Ya sabéis que hay 2.5 millones de armenios dentro de Armenia y más de ocho millones dispersos por el mundo. Pues bien, nuestro autobús había armenios de Irán, EEUU, Líbano, Egipto, Canadá... 


Fue un privilegio escuchar sus historias familiares, ver gente que nunca antes había pisado suelo armenio, emocionarse con el olor de una sopa que les recordaba la que hacía su abuela en Líbano. Y pasar los kilómetros oyendo a algunos cantar cuando ponían la canción que repetía nostálgicamente el nombre de Yereván (que me recordaba a los judíos con "Jerusalaim"). Y finalmente un día, de forma espontánea se pusieron a bailar y yo... salté al ruedo :-)



Y ahora que ya os habéis relajado un poco, voy a dejar que Andrés os de una última mala noticia de cara al futuro: "Armenia y Azerbaiyán dedican proporcionalmente lo mismo a su particular carrera armamentística (en torno a un 3,5 % del PIB). Sin embargo, a partir de la década de 2000, Azerbaiyán vivió un boom del petróleo: su economía se disparó y eso significó más dinero disponible para el Ejército, así que el gasto militar llegó a septuplicar el de su vecino y enemigo. “Si compras armas que valen millones de dólares no es para ponerlas en un almacén, es para usarlas algún día. Y ¿contra quién las va a usar? Contra nosotros”, denuncia la viceministra Alexanyán." 

Pues ese es el peligro. De hecho cuando estuve en Azerbaiyán, la única convesación que se volvió un poco tensa fue con un exmilitar hablando de Armenia y NK. Se le veía con ganas de volver a la guerra ahora que son más fuertes. Pero parece que Rusia es aliado de Armenia (aunque también venda armas a Azerbaiyán, poderoso caballero es don dinero) y le interesa mantener este status quo. 

Sea como sea, esperemos que no vuelva la guerra a este rinconcito tan recóndito, tan hermoso rodeado de montañas y de niebla, que hace honor a su nombre mestizo del ruso Nagorno (alto, montañoso) y del túrquico-persa Karabaj (jardín negro).

Que florezca una paz duradera y blanca como la nieve en este Jardín Negro de las Montañas...



1 comment:

Unknown said...

Un visionario. Muy buen relato.