Monday, 16 September 2024

Tulou: tu familia es tu fortaleza

La última etapa de este viaje es quizás la más especial. Podremos ver por fin las casas-fortaleza que los clanes familiares construyeron para protegerse, rodeados de campos de arroz, tras llegar la segunda migración de los Han a este vergel entre montañas de la provincia de Fujian.

Cuando, tras un giro en la carretera vimos por primera vez los tulous de Tianluokeng, nos quedamos maravillados. Si creeis que exagero, juzgad por vosotros mismos.


Es bonito escribir esta entrada ya en Burgos, en casa de mi madre. Como si ella fuera ese tulou cuadrado del centro, la fortaleza originaria. Y al crecer la familia, mis hermanas y yo hubiéramos construido cada uno un tulou circular a su alrededor... Con esa imagen en mente, os invito a entrar en el cuarto tulou, en el que es un poco ovalado donde cabéis todos los amigos de la familia y lectores de este blog. Sean ustedes bienvenidos y siéntanse como en su casa 🛖

Pero vayamos a uno más antiguo todavía, de más de 700 años, para ver cómo rendían culto a sus antepasados en el centro mismo, en el corazón del tulou. Pasen y vean el tulou de Yuchanglou.

No os vamos a saturar con todos los que vimos ese día, pero una vez que llegamos al pueblo donde vamos a dormir, no os pidéis perder el "príncipe de los tulous". Sobre todo para comprobar que algunos tulous, cuando la familia crece, se podían ampliar en anillos concéntricos (y no con nuevos tulous, como en el caso anterior). Por eso y porque era tan bonito que Diego no paraba de sacar fotos. Suban ustedes las escaleras de Zhengchenglou.

Y después de tanta belleza no pensábamos que nada pudiera sorprendernos hasta que fuimos a nuestra habitación del tulou de Fuyulou, donde vamos a dormir. Cuando las luces de la calle se apagan, la temperatura se hace más agradable y se encienden los farolillos rojos en esta casa con los tejados intrincados como si fueran las alas de "cinco fénix". No sé si es un buen lugar para dormir, pero es un lugar excelente para soñar...

A la mañana siguiente, para coger todas las fuerzas posibles para nuestro último día completo entre arrozales buscando tulous, nos sacaron unos cafés bien cargaditos en unas tazas muy especiales. Así, sí 🤭

Empezamos por los tulous de Chuxi. Hasta el último día Diego intenta explicarme cómo se lee el chino escrito en pinyin, el sistema de transcripción del chino mandarín más utilizado. Si ya es difícil leerlo en nuestro alfabeto, imaginaros en los caracteres chinos 🤯 Y ya de paso, oímos el canto de las chicharras. Además, por fin pudimos comprobar cómo eran esas pequeñas habitaciones por dentro.

Vimos tantos tulous que no es cuestión de aburrios (aunque cada tulou, como cada familia, es único).  Pero no nos podemos dejar Chenqilou, "el rey de los tulous" que, como el príncipe, crece en anillos concéntricos. Aunque desde fuera parezca igual que los demás este tulou, como algunas personas muy especiales, tiene muchas capas por descubrir en su interior. Eso sí, en este caso, con una algarabía de voces en su interior que igual necesita ayuda de un profesional 😅

Y con esta foto que ya está puesta en el salón de mi casa, salgo del tulou materno por las calles de Burgos pensando cómo celebrar mañana el Festival de la luna 🌛 🥮 

Quanzhou, el puerto de todas las culturas

Dos de los grandes viajeros de la historia fueron Marco Polo e Ibn Batuta. Y los dos tienen algo en común. Que lo fliparon con Quanzhou, el puerto más importante de China y casi del mundo en el siglo XIII. Y todavía hoy se pueden ver muestras de cómo convivieron musulmanes, hindúes, cristianos, budistas, taoístas, etc. Aquí os pongo una foto con Ibn Batuta para que veáis que él viajaba más elegante y menos sudado que yo 🤭


Así que, café en mano, cogemos un tren desde Xiamen y nos preparamos para un día completito 😅

Empezamos por buscar en el cementerio musulmán las tumbas de... ¡dos discípulos de Mahoma! Aunque la vimos más tarde, os dejo aquí el vídeo de la primera mezquita de la ciudad.

Del cementerio nos vamos al museo marítimo. Allí nos damos cuenta de la cantidad de restos que quedan en la ciudad de este mestizaje de culturas. Así que salimos pitando al templo de Kaiyuan a buscar los testimonios del hinduismo en ese templo budista. A ver si los encontráis con nosotros. Y sus pagodas tampoco están mal.

Nuestra siguiente parada es el templo de Confucio, con una curiosa relación con el que vimos en Taiwán. Diego os lo explica de maravilla. En caso de duda siempre mejor Confucio que... 🤭

Eso sí, la próxima vez esperamos poder ver las calles ya restauradas 😅

Para terminar la empanada de templos, no nos podíamos saltar el templo donde se originó el culto a nuestra querida diosa del mar que ya hemos visto en otras partes de China y Taiwán y que se extendió por muchos países del mundo. El templo de Tianhou.

Y por no ver sólo templos, metimos los pies en el agua y debatimos sobre si los pilares de este puente que funcionó hasta el siglo XX podían ser de la dinastía Ming...

Pero todavía nos quedaba un lugar muy especial. El pequeño monte de Qingyuan donde Lao Tsé, el fundador del taoísmo en el siglo VI, supuestamente se transformó en piedra. Aunque otros dicen que tras escribir el Tao Te King "marchó hacia el oeste, adentrándose en el país de los bárbaros, donde su rastro se perdió para siempre", la verdad es que este lugar y su serena mirada de piedra, transmiten una paz muy especial.

Para rematar el día, antes de coger el tren de vuelta quisimos ir a un concierto de música tradicional al aire libre frente al templo de Confucio. En su lugar había dos grupos de personas mayores haciendo una especie de aerobic, cada uno con su música a tope, claro. 

Tampoco está mal estirar un poco para acabar el día en el puerto donde llegaron todas las culturas...

Xiamen y la isla de los cónsules

Como decíamos en la entrada anterior, salimos en un ferry de Kinmen (ROC) hacia Xiamen (PRC) en lo que es un pequeño paso para el barco, pero un gran paso para la geopolítica.

Nada más llegar, dejamos nuestras cosas en el hotel y vamos directos a, Gulangyu la llamada "isla de los cónsules" porque fue de las cinco primeras ciudades en abrirse al comercio con los británicos tras la Guerra del Opio.

Como veis en la foto anterior, tras presentar nuestros respetos a Koxinga (el general Ming que resistió aquí contra los Ching y que en 1661 taló medio Taiwán para su flota) y pasearnos por las elegantes mansiones que antaño fueron consulados, subimos a una azotea para disfrutar de la vista. Pero por supuesto Diego quiso subir todavía más, al pico que veis en la foto. Mientras recupero el aliento, os dejo que Diego os explique lo que vemos desde el punto más alto de Gulangyu.

Después de bajar y comer en un local minúsculo en el que seguro que no entró ningún cónsul, buscamos el antiguo consulado de España. Ahora es un museo de cultura China. Incluso tiene una sala sobre su horóscopo. Por nuestro año de nacimiento, como era de esperar, nuestro signo es... el mono 🐒😃 

Aunque a Diego le cueste salir de esta islita, todavía nos queda mucho por ver en la isla principal de Xiamen. Así que nos vamos a ver el templo Nan Pu Tuo que fue construido durante la dinastía Tang y a mi me sorprende por la bóveda con un dragón dorado en el centro, justo encima de los cojines que hay delante de la estatua de Buda, como si fuera el sol iluminando a los fieles devotos que aquí se arrodillan...


Y para "descansar" de este intenso día de turismo, nos vamos a cenar al mercado de pescado de Kaihe. Mejor veis por vosotros mismos el ambientillo del mercado 🤭

¿Os atrevéis a probar algo?

¡Nos vemos en la siguiente entrada!

Friday, 13 September 2024

La isla de Kinmen: ¿la Crimea de Taiwán?

Como os decíamos en la entrada anterior, en vez de volar de Taiwán (ROC) a China (PRC), decidimos volar primero a la isla de Kinmen (ROC) y luego coger un ferry hasta la cercana Xiamen (PRC).

Las complejidades geopolíticas de Kinmen las explica mucho mejor mi amigo Daniel Iriarte en su artículo ¿Es Kinmen la 'Crimea de Taiwán'? Como dice en el artículo, "La isla de Kinmen se ha comparado con Crimea porque la actitud de la población de esta pequeña isla hacia China es mucho más favorable que en el resto de Taiwán". Eso a pesar (o debido a) las cuatro batallas entre China y Taiwan, la última en 1958. 

Para mostraros algunas de las evidencias de esa tensión militar, os invitamos a bajar por los túneles de Zhaisan a este "búnker de barcos" que no llegó a usarse nunca. Fuera de los túneles se pueden ver tanques y algunas otras armas.

Pero no nos adelantemos. Kinmen tiene historia antes de este conflicto, así que nos vamos a visitar la pagoda de la dinastia Ming. Por cierto que en esa zona vimos uno de los famosos Leones-dioses del viento que hay por toda la isla desde que el general Koxinga (de la dinastía Ming) taló gran parte de la isla para construir una flota, dejando a los habitantes de la isla a merced del viento. Poderes sobre el viento no sé si tendrán, pero éste estaba muy bien dotado 🤭

De la dinastía Ming pasamos a las casas de los que se fueron de China a Indonesia. Peranakan, los llaman. Sería un poco como los "indianos" españoles. Como podéis ver, tenían buen gusto para las casas. Si os apetece, podéis escuchar la conversación de un Peranakan con uno de sus amigos del pueblo, en la torre Deyue de su casa.

Volviendo al presente, nos acercamos al muro de altavoces de Beishan desde el que se mandaban permanentemente mensajes propagandísticos para que los oyeran desde China (PRC). Por suerte para nuestros oídos, para cuando fuimos nosotros ya se podía disfrutar en silencio de las vistas de Xiamen al otro lado del mar...

Pero os quiero dejar con una imagen del atardecer en los pacíficos pueblos del interior de la isla de Kinmen, que quizá sean un buen presagio para el futuro...